lunes, 25 de agosto de 2008

Gloria y caída de la autosuficiencia

Todos los muebles del 7-D los compré en Ikea. Y cuando digo todos, quiero decir todos: la cama, el escritorio, el comedor, las mesas de noche, las mesas de centro, las dos lámparas de pie. Sólo el parabán y el sofá cama (que todavía no ha llegado) los compré en otra parte. Antes de venirme a Nueva York, Todo el mundo me había dicho "niña no te preocupes vas Ikea (la súper famosa cadena sueca cuyo dueño es uno de los hombres más ricos del mundo) y por menos de 2.000 dólares amueblas el apartamento facilito". Media verdad. Lo del precio es cierto, pero facilito... depende de cómo se mire.
La primera vez que fui a Ikea estaba con mi adorado padre. Debíamos buscar todos los muebles para el 7-D. Llegamos a las 10:00 am. Salimos de ahí a las 5:00 pm. Primero subimos al show room, donde anotamos en un papelito, el número de pasillo y el estante en el que se encontraba el mueble, deshecho en pedazos y encerrado en un caja. Se trata de un piso gigante, en el que no importa qué buscaba siempre terminaba en el área para niños. Pero sí es difícil encontrar una zona -cocina, escritorios, sala de estar- más difícil es entender cuál es el mueble que se desea comprar. Me explico: un sólo mueble pude estar compuesto por 7 piezas. Se pueden llevar todas o sólo una pieza. Supongamos que es una biblioteca. Pues el cliente decide que tan grande o chica la puede hacer. Eso está bien, muy bien, pero entenderlo toma tiempo, y no hay nadie que explique alrededor.
Como me lo dijo una vendedora en la primera visita "por algo es self service". Yo eso no lo sabía. Quienes me habían hablado de Ikea me habían dicho: 1. Que los muebles son preciosos. 2. No hay nada más barato. Ambas acotaciones ciertas, sin embargo, se les olvidó decirme que yo debía ir hasta el depósito, agarrar una carretilla, en este caso fueron cinco, y cargar cajas de hasta 50 kilos. En ese momento se me hizo obvio que el gran éxito de Ikea es precisamente ese: ahorrase capital humano para poder gastar más en la calidad de las piezas. Aunque la fórmula funciona pensé que todo aquello no era para mí. Me da verguenza confesarlo pero la solución que busqué fue bastante venezolana. Es decir, mi padre tiene una hernia, y yo soy una jeva, así que me es imposible montar los mubles, por lo que un empleado nos ayudó "desinteresadamente" a cargar todo. Al final, pagué por el delivery, pagué por la ayuda y pagué por el ensamblaje. Precios todos que se sumaron al costo total .
Ayer domingo volví a Ikea con mi esposo Licantro. Yo no estaba muy convencida, pero ya todos los amigos le habían dicho que no buscara en otro lado, y él estaba empeñado en comprar un mueble gavetero y dos alfombras para que el piso de parqué no se ralle. Así que llevábamos una lista corta. No importó. Entramos a las 12:00 pm. Salimos a las 5:00 pm. La experiencia fue similar a la de mi papá, sólo que ni en un millón de años Licantro me hubiese dejado pagar por la ayuda (el es mejor persona que yo) y él optó por no pagar el ensamblaje. Se compró una cajita de herramientas color naranja y dijo que con eso lo va a armar. No quiero estar aquí el miércoles cuándo esto suceda.
Licantro está seguro de que si Ikea existiese en Venezuela fuese un éxito. Yo no tanto. Ciertamente a los venezolanos nos gusta pagar barato, pero también nos gusta la comodidad, que nos lleven la compra del supermercado al carro, que el bombero pana nos eche la gasolina, que la peluquera nos seque el cabello y nos haga las manos. Hoy al mediodía le planteé la interrogante a un amigo periodista venezolano, un tipo con mucho criterio, y me dijo, que pues sí los venezolanos eran muy cómodos pero también eran muy frasquiteros y no iban aguantar la tentación de tener muebles de diseño a precios bajos. Lo que sí me dijo, sin saber mi historia, es que seguro pagarían por que los montaran las cajas en las carretillas, por el delivery y el ensamblaje.
Hoy al final de la tarde Licantro y yo fuimos al supermercado, que queda a unas tres cuadras de aquí en subida. Nos llevamos un carrito que tenemos para las bolsas. Yo pensé que era mejor pedir el delivery en el súper y darle 5 $ a quien lo trajese, pero conozco a mi marido y ni le mencioné la idea. A él el concepto de autosuficiencia le parece maravilloso, a mi me resulta complicado. Es decir, yo de verdad quisiera cargar las cajas de 30 kilos en Ikea, y bajar las tres cuadras con el carrito lleno de bolsas pero no puedo. Intenté hacerlo hoy y en el camino se me cayó una bolsa, de broma y no me llevo por el medio a un ciego, se me salió la chola y luego se me rompió, y me pegué en la pierna cuando intentaba sostener la puerta del edificio. Yo quiero ser una mujer madura, independiente, dueña de mi vida, enmacipada y todas esas otras cosas que las mujeres de hoy queremos, pero si eso significa cargar cajas y rodar las compras, no estoy segura si pueda.

12 comentarios:

Maria Alejandra dijo...

este... Licantro?
jajajaj es el mejor apodo de la historia!!!.. .ya el del hermano de color paso de moda!!!
jajajajaj
Licantro!... no puedo con la risa! lo bueno es saber que no estaran las cosas en cajas hasta el mes de enero cuando vaya el nanin a visitarlos.. =P

Dani dijo...

Licantro.... jajaja
Licantro le queda perfecto lo podemos bautizar Licandro Alberto, para que tenga más estilo.
Te quiero

mara dijo...

esta demasiado bueno realmente me rei demasiado imaginandome todo el show luego cuentas el ensamblaje de lo nuevo que compraron a ver que tal resulta

Chuchi dijo...

Hola Carlita, me encanta tu blog y leyendo esta entrada no puedo menos que comentar.
Cuando llegué a Barcelona hace nueve meses también sucumbí a esa fe de masas que se llama Ikea. Me fui con una prima que, frente al carrito lleno a rebosar, me decía que no me preocupara, que entre las dos nos llevábamos todo. Yo, claro, quise ser también una mujer emancipada y decidí llevarme las 15 cajas en el autobús. Te puedo decir que anduve cuadras y cuadras como el burrito sabanero. Nunca en mi vida me sentí tan sudaca y tercermundista. Ahora no pago el delivery, pero tengo amigos con carro a los que les lloro para que me lleven los peroles.

Besos y felices exploraciones!

Jessica B.

Olga dijo...

Hola no te conozco caí en tu blog por casualidad. Sólo quise escribirte para decirte que me gustan mucho tus crónicas y me das una visión de una ciudad en la que me gustaría vivir un tiempo de mi vida. Estoy adicta a tu radionovelablog.

Sigue escribiendo y apreciando las bondades de esa ciudad, que sin duda es una de las más curiosas, misteriosas y divertidas, así como dura y solitaria...

Un saludo desde Caracas

Pulgamamá dijo...

Maria Alejandra y Dani: Licantro es un buen nombre, busquen su raíz antropomórfica y entenderán por qué se llama así.
Las quiero

Mara: me alegra que te haya dado risa. Mañana esa el ensamblaje, ya veremos.

Chuchi: Ay si, Ikea es una tortura súper necesaria. Al menos tu tienes quien te maneje, aqui en Ny nadie tiene carro. Me alegra que te guste el blog.

Olga: Que bueno que llegaste a mi blog, y que bueno que te haya gustado. Nueva York es una ciudad fascinante. Yo apenas la estoy descubriendo. Por el momento estoy en la fase del enamoramiento, vamos a ver cómo evoluciona la cosa. Te mantendré al tanto por aquí. Si algún día te animas a venir, no dudes en contactarme.
Saludos

Unknown dijo...

Uffff que dificil esta situacion! La autosuficiencia es definitivamente un arma de doble filo! Mejor no acostumbrarse mucho a ella.. jeje, te lo digo yo! Un beso y suerte con el ensamblaje, espero no sobren muchos tornillos... GB

Pulgamamá dijo...

Totalmente de acuerdo GB

Anonimo dijo...

Hola amiga tu como eres virgo por que son mayormente bastante torpe,s en el buen sentido de la palabra, no aguantre la risa te lo juro, mi imaginacion de por si vuela y con tus cuentos me teletransporto a NY, saludos el anonimo

Pulgamamá dijo...

Jajajaja. Anónimo, soy cancer con ascendente sagitario, pero soy tan torpe que ni te imaginas. Siempre he sido así. En fracés hay una expresión magnifica que es "mal a droit". Sabes esta película q es con Jessica Alba que sale con un tipo que ayuda a todas las mujeres a encontrar su verdadero amor. Soy como el personaje de Jessica Alba, de verdad. En mi casa me tienen prohibido prender velas, usar en exceso objetos filosos, encaramarme en una escalera. El promedio de veces que me caigo al día es tres.

Luciana dijo...

Mi querida extranjera, tenia dias sin leer tu blog, pero ya hoy me puse al dia.

Yo no me se pintar las unas, no me se sacar las cejas, no tengo fuerza en los brazos para cargar bolsas, cajas o cualquier objeto que sobrepase los 6 kilos. Se manejar, pero prefiero que me manejen, tengo mas de 1000 canciones en mi Ipod, pero no he bajado ni una sola (no es que no sepa, pero me gusta "robarle" la musica a mis amigos y empaparme de lo que ellos oyen).

Creo que mi autosuficiencia se basa en saber que cosas definitivamente no se/no puedo/no me interesan y reconocer en los otros virtudes que llenen esas deficiencias.

Pulgamamá dijo...

Luciana por eso es que eres mi amiga. Sos una genia!