jueves, 12 de febrero de 2009

Hallaca en febrero

Mi amiga Adela me dijo por el chat del blackberry que eso de comerme una hallaca en febrero era fishy (sospechoso). Yo, por supuesto, no le hice caso, asi que cuando Licantro y yo fuimos hace dos días a El Cocotero, un restaurante venezolano, ubicado en Chelsea, no dudé en pedir el famoso bollo navideño envuelto en hojas de plátano. Menos mal.
Con la hallaca, calentica, humeante y sobre su respectiva hoja de plátano, húmeda por el vapor del agua, venía una porción de ensalada de gallina. Tuve mi navidad en Febrero. Mientras la picaba en trozitos diminutos para que así me durara más, pensé en la hallacas de mi tía Carmen, en la ensalada de gallina de mi abuela, y así los olores y sabores de la navidad venezolana me llevaron por unos minutos de regreso a mi tierra.
Casi pude escuchar a mi adorada abuela preguntándole a cada uno en las cenas del 24 y el 31 de diciembre cuántas hallacas se iban a comer:
- Quien comparte media conmigo- solía decir yo.
- Cómete una completa de una vez que igual vas a terminar repitiendo- respondía ella.
Le preguntaba qué carrizo le ponía a la ensalada para que tuviese ese saborsito como dulce y agrío, y por más que todas las mujeres de la familia hemos visto cómo se hace, a ninguna le queda igual.
Lastimosamente la hallaca de El Cocotero era pequeña y el viaje a la tierra duró poco, más aún porque Licantro pidió una cachapa diminuta y me robabó varios pedazos de mi hallaca, pero valió la pena. Aunque fuese en febrero. Aunque la ensalada de gallina no fuese la de mi abuela. Aunque estaba en Chelsea, con 10 grados afuera, y no en la casa de Altamira con 30 centígrados.

PD: La próxima entrada es la número 100 así que algo haré para celebrar el acontecimiento. Tan rápido que pasa el tiempo...

6 comentarios:

Terapia de piso dijo...

Me encanta la gente impredecible. Tú, impredecible extranjera. Tú, impredecible periodista. Tú impredecible mujer. Tú y tu impredecible Navidad.

Que las fechas sean cuando nosotros queramos y punto.

Un abrazo impredecible.

José Roberto Coppola

Vanesa dijo...

Que rico extranjera!...Hallaca, ensalada de gallina!..Que sabroso tener ese pedacito de navidad…esos recuerdos, que siempre están allí como una segunda piel...Vive, recuerda, ríe, y sueña...y sobre todo (aquí viene mi egoísmo..) escribe!... que la vida es una sola..Abrazos.:)

Gastón dijo...

Algunos antojos, algunos encuentros, algunas oportunidades, algunas delicias, algunos recuerdos, no tienen la certeza de lugares y tiempos, pero si la precisión de acariciarnos el corazón.

Besos navideños

PD: (¿no hacen envíos a domicilio hacia Argentina?)

yacasinosoynadie dijo...

yo conocí el asunto de las "Hallacas" en Atlanta, pues los suegros de mi hermana son Venezolanos... la eterna curiosidad se curó cuando me di cuenta de que eran igualitas a los "Tamales" colombianos... Riquísimas eso si.

Ana dijo...

Yo por primera vez en mi vida me animé a hacer pan de jamón, creo que no encendía un horno desde hace 15 años por lo menos. Estar lejos hace eso y es lindo y triste.

Eso sí, hallacas no te como mana.

((Ya vas a llegar a 100 entradas... ¡qué grande che!))

Pulgamamá dijo...

Jose: Jajaja. Ambos somos impredecibles. Te quiero.
Vanesa: uy si sabrosísimo.
Gastón: voy a averiguar lo del envío a domicilio, pero si llegas a venir a Nueva York cuenta con que yo y Licantro te invitamos una.
Yocasinosynadie: bueno no sé, eso es como decir que la arepa es colombiana cuando TODOS sabemos que es venezolana. Jajajaja!
A-nah: sí que raro y lindo y triste eso. En Caracas yo no podía ni oler e plátano ahora me provoca.
Besos