tag:blogger.com,1999:blog-51854929920067182662024-03-13T08:28:52.249-07:00Extranjera en el 7-DMis historias y las de otros extranjeros se vuelven una sola en Nueva YorkPulgamamáhttp://www.blogger.com/profile/12101854852466279272noreply@blogger.comBlogger149125tag:blogger.com,1999:blog-5185492992006718266.post-46266105380534927702011-11-21T14:28:00.000-08:002011-11-21T14:28:13.857-08:00Todavía extranjera y ahora mamáMucho ha pasado -muchísimo más bien- desde la última vez que escribí en este blog. Para empezar, ya no soy extranjera -al menos no del mismo modo. Aunque hace cuatro meses que regresé a mi patria, ahora sufro del mal del que se va un tiempo y luego regresa con problemas para volverse a adaptar en su propio terruño. Por otra parte -y ese es el motivo por el que ahora escribo- pronto me convertiré en la madre de una bebé y así como hace más de tres años comencé a escribir parar entender mi nueva realidad como extranjera recién mudada a Nueva York, ahora escribo <a href="http://pateabebe.blogspot.com/">Pate Bebé Patea</a> para entender quizás el cambio más importante que me ha sucedido en la vida. Espero me acompañen también en esta nueva etapa.Pulgamamáhttp://www.blogger.com/profile/12101854852466279272noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-5185492992006718266.post-20771239848804370702010-06-21T15:52:00.000-07:002010-06-21T15:53:11.466-07:00En el SurAquí está...<br /><a href="http://extranjeraenelsur.blogspot.com/">http://extranjeraenelsur.blogspot.com</a>Pulgamamáhttp://www.blogger.com/profile/12101854852466279272noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5185492992006718266.post-47467951950539605162010-06-03T20:49:00.000-07:002010-06-04T19:52:39.843-07:00Primero al Sur y de ahí vemos <meta name="Title" content=""> <meta name="Keywords" content=""> <meta equiv="Content-Type" content="text/html; charset=utf-8"> <meta name="ProgId" content="Word.Document"> <meta name="Generator" content="Microsoft Word 2008"> <meta name="Originator" content="Microsoft Word 2008"> <link rel="File-List" href="file://localhost/Users/carla.candia/Library/Caches/TemporaryItems/msoclip/0/clip_filelist.xml"> <!--[if gte mso 9]><xml> <o:documentproperties> <o:template>Normal.dotm</o:Template> <o:revision>0</o:Revision> <o:totaltime>0</o:TotalTime> <o:pages>1</o:Pages> <o:words>305</o:Words> <o:characters>1739</o:Characters> <o:company>Graduate School of Journalism</o:Company> <o:lines>14</o:Lines> <o:paragraphs>3</o:Paragraphs> <o:characterswithspaces>2135</o:CharactersWithSpaces> <o:version>12.0</o:Version> </o:DocumentProperties> <o:officedocumentsettings> <o:allowpng/> </o:OfficeDocumentSettings> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:trackmoves>false</w:TrackMoves> <w:trackformatting/> <w:punctuationkerning/> <w:drawinggridhorizontalspacing>18 pt</w:DrawingGridHorizontalSpacing> <w:drawinggridverticalspacing>18 pt</w:DrawingGridVerticalSpacing> <w:displayhorizontaldrawinggridevery>0</w:DisplayHorizontalDrawingGridEvery> <w:displayverticaldrawinggridevery>0</w:DisplayVerticalDrawingGridEvery> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:dontgrowautofit/> <w:dontautofitconstrainedtables/> <w:dontvertalignintxbx/> </w:Compatibility> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="276"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--> <style> <!-- /* Font Definitions */ @font-face {font-family:Cambria; panose-1:2 4 5 3 5 4 6 3 2 4; mso-font-charset:0; mso-generic-font-family:auto; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:3 0 0 0 1 0;} /* Style Definitions */ p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal {mso-style-parent:""; margin:0in; margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:12.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ascii-font-family:Cambria; mso-ascii-theme-font:minor-latin; mso-fareast-font-family:Cambria; mso-fareast-theme-font:minor-latin; mso-hansi-font-family:Cambria; mso-hansi-theme-font:minor-latin; mso-bidi-font-family:"Times New Roman"; mso-bidi-theme-font:minor-bidi;} @page Section1 {size:8.5in 11.0in; margin:1.0in 1.25in 1.0in 1.25in; mso-header-margin:.5in; mso-footer-margin:.5in; mso-paper-source:0;} div.Section1 {page:Section1;} --> </style> <!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Table Normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ascii-font-family:Cambria; mso-fareast-font-family:Cambria; mso-hansi-font-family:Cambria; mso-bidi-font-family:"Times New Roman";} </style> <![endif]--> <!--StartFragment--> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-TRAD">Se veía venir. Desde hace algún tiempo siento que Extranjera (el blog, el personaje) se desvanece ante una verdad serena y más bien cómoda: Este lugar, al que a veces quiero y otras no tanto, se ha convertido en mi hogar. Y no hablo únicamente del 7-D. Hablo de Nueva York. Hablo de mis amigos. Hablo del mundo, todavía un poco inestable, que me he creado.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-TRAD">Han pasado casi dos años y mi forma de ver las cosas, de apreciar la realidad ha cambiado. La nostalgia sigue, y seguirá, por todo el tiempo que continúe lejos de mis afectos, pero ese sentimiento amargo de desolación ha desaparecido y con él ha comenzado a desvanecerse Extranjera.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-TRAD">Inventé a Extranjera porque la necesitaba. Porque mi vida sin ella, en aquel momento hubiese sido imposible. Extranjera era la única manera de ser, de vivir, y aunque extranjera siempre seré, la Extranjera que nació con este blog ya no está.</span></p><p class="MsoNormal">Ya no miro las cosas con la inocencia de quien las mira por primera vez porque la realidad se me hace repetida. Ya no siento eso que sentía antes en el estómago que me obligaba a sentarme en la computadora a pesar de todo. Ya no me salen las letras de los dedos como antes. Ya no puedo escribir como Extranjera, ver como Extranjera, sentir como Extranjera.
<br /><span style="" lang="ES-TRAD"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-TRAD">Tal como los escritores crean personajes para contar una historia, yo creé a Extranjera en el 7-D para contar estos dos años que han pasado. Y tal como los escritores matan a los personajes, o los mandan a una clínica, o los reinventan, yo he decidido llevarme a Extranjera. Llevarme a Extranjera de a poco.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-TRAD">Me explico, lo primero que pasará es que Extranjera se mudará al Sur por dos meses.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-TRAD">No había contado nada, pero el sábado me voy a Chile a hacer unas pasantías con la agencia de noticias AP. Se supone que me iré a Chile a trabajar, pero mi plan secreto (ni tanto, porque ya se lo he dicho a todo el mundo)<span style=""> abarca </span> tres puntos: beber vino, rodearme de artistas y tener conversaciones trascendentales.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-TRAD">Bueno, quien sabe, cada vez que uno hace planes no salen como uno los quiere, así que probablemente termine trabajando como una loca sin conocer a artistas ni tener conversaciones trascendentales (el vino no se negocia).
<br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-TRAD">Abriré un blog, que llevaré dos por dos meses, sobre las andanzas de Extranjera en el Sur del Sur y después, después veremos. No sé si dejaré a Extranjera en la blogosfera ahí como una niña abandonada que espera a la salida del colegio a que los papas la busquen, o si cerraré con llaves las puertas del 7-D, pero lo que si es seguro es que de una forma u otra seguiré escribiendo. Y siempre los mantendré al tanto.
<br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-TRAD">Licantro viene conmigo sólo en el corazón pues debe quedarse trabajando en Nueva York.<span style="">
<br /></span></span></p><p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-TRAD"><span style=""> </span>Extranjera termina entonces como empezó: sola y en una tierra desconocida.<o:p></o:p></span></p> <!--EndFragment-->
<br />Gracias por el viaje.
<br />
<br />pd: en cuanto este listo linkeo la dirección del blog que llevaré en Chile.
<br /><script type="text/javascript">var gaJsHost = (("https:" == document.location.protocol) ? "https://ssl." : "http://www.");document.write(unescape("%3Cscript src='" + gaJsHost + "google-analytics.com/ga.js' type='text/javascript'%3E%3C/script%3E"));</script><script type="text/javascript">try {var pageTracker = _gat._getTracker("UA-1499638-2");pageTracker._trackPageview();} catch(err) {}</script>Pulgamamáhttp://www.blogger.com/profile/12101854852466279272noreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-5185492992006718266.post-85868900930137326982010-04-24T19:07:00.000-07:002010-04-25T10:16:37.280-07:00Palabras alicoradas <meta name="Title" content=""> <meta name="Keywords" content=""> <meta equiv="Content-Type" content="text/html; charset=utf-8"> <meta name="ProgId" content="Word.Document"> <meta name="Generator" content="Microsoft Word 2008"> <meta name="Originator" content="Microsoft Word 2008"> <link rel="File-List" href="file://localhost/Users/carla.candia/Library/Caches/TemporaryItems/msoclip/0/clip_filelist.xml"> <!--[if gte mso 9]><xml> <o:documentproperties> <o:template>Normal.dotm</o:Template> <o:revision>0</o:Revision> <o:totaltime>0</o:TotalTime> <o:pages>1</o:Pages> <o:words>332</o:Words> <o:characters>1898</o:Characters> <o:company>Graduate School of Journalism</o:Company> <o:lines>15</o:Lines> <o:paragraphs>3</o:Paragraphs> <o:characterswithspaces>2330</o:CharactersWithSpaces> <o:version>12.0</o:Version> </o:DocumentProperties> <o:officedocumentsettings> <o:allowpng/> </o:OfficeDocumentSettings> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:trackmoves>false</w:TrackMoves> <w:trackformatting/> <w:punctuationkerning/> <w:drawinggridhorizontalspacing>18 pt</w:DrawingGridHorizontalSpacing> <w:drawinggridverticalspacing>18 pt</w:DrawingGridVerticalSpacing> <w:displayhorizontaldrawinggridevery>0</w:DisplayHorizontalDrawingGridEvery> <w:displayverticaldrawinggridevery>0</w:DisplayVerticalDrawingGridEvery> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:dontgrowautofit/> <w:dontautofitconstrainedtables/> <w:dontvertalignintxbx/> </w:Compatibility> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="276"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--> <style> <!-- /* Font Definitions */ @font-face {font-family:Cambria; panose-1:2 4 5 3 5 4 6 3 2 4; mso-font-charset:0; mso-generic-font-family:auto; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:3 0 0 0 1 0;} /* Style Definitions */ p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal {mso-style-parent:""; margin:0in; margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:12.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ascii-font-family:Cambria; mso-ascii-theme-font:minor-latin; mso-fareast-font-family:Cambria; mso-fareast-theme-font:minor-latin; mso-hansi-font-family:Cambria; mso-hansi-theme-font:minor-latin; mso-bidi-font-family:"Times New Roman"; mso-bidi-theme-font:minor-bidi;} @page Section1 {size:8.5in 11.0in; margin:1.0in 1.25in 1.0in 1.25in; mso-header-margin:.5in; mso-footer-margin:.5in; mso-paper-source:0;} div.Section1 {page:Section1;} --> </style> <!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Table Normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0in 5.4pt 0in 5.4pt; mso-para-margin:0in; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ascii-font-family:Cambria; mso-fareast-font-family:Cambria; mso-hansi-font-family:Cambria; mso-bidi-font-family:"Times New Roman";} </style> <![endif]--> <!--StartFragment--> <p style="text-align: justify;" class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-TRAD"><span style="font-size:85%;">Este texto fue escrito ayer en la madrugada después de cinco o seis cervezas.</span>
<br />
<br /><span style="font-size:100%;">Creo que fue Giselle Reyes, sí, la de la academia de modelaje en Altamira, la que dijo que el termino más elegante para cuando uno estaba pasado de tragos era "alicorado". A lo mejor no fue ella, ahora estoy casi segura de que no fue ella.
<br />En todo caso pienso que el metro de Nueva York es un buen lugar para estar alicorado. Ahora estoy sentada en el piso, ese mismo por donde pasan las ratas de colas largas, esperando el tren que nunca llega. Los ojos se me cierran. Y yo no se si es el alcohol que me nubló el juicio pero voy a tener que tragarme unas cuantas de mis palabra.
<br />Resulta que fui con mis amigos de la universidad a tomar cervezas y por primera vez desde que llegué a NY puedo mirar mas allá de las etiquetas. O puedo mirar y no ver una etiqueta. No son solo gringos. Son Jack, el que me ayudó a retocar aquella foto en Photoshop, o Samantha la que me salvó la vida, o la entrevista, prestándome unas baterías. O Aileen la que me acompañó a llorar cuando creí que no daba mas.
<br /></span></span></p><p style="text-align: justify;" class="MsoNormal"><span style=";font-size:100%;" lang="ES-TRAD" >Yolanda la "student advisor" de la universidad tenía razón cuando me dijo que ellos, los gringos no tenían nada en contra de mi y que la única prejuiciosa era yo. Y es verdad, ahora, sólo después de un tiempo, estoy empezando a verlos como personas y no como una masa amorfa. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="MsoNormal"><span style=";font-size:100%;" lang="ES-TRAD" >Y sí hay gringos estúpidos que creen que el mundo empieza y termina en el McDonald de la esquina, pero hay otros que al igual que yo, tratan de entender un mundo que es tan vasto que se pierde de vista. Y no, no he olvidado al profesor imbécil que dijo que este master no era para mí, pero es igual de válido recordar al profesor que me dijo ayer que yo era una verdadera "story teller".
<br /></span></p><p style="text-align: justify;" class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-TRAD"><span style="font-size:100%;">Nada, que la gente es gente, y que son idiotas e insoportables y torpes y malintencionado a veces, y maravilloso e impresionantes otras veces, y la mayoría de las veces todo eso al mismo tiempo. Y eso es así en Caracas en NY o en cualquier otro lugar.
<br />Capaz es el alcohol, pero hoy a la 2:38 am, después de pasar una noche divertidas como pocas, me trago mis palabras. Al menos algunas de ellas. Los calificativos solo encierran a un grupo de gente. La mayoría es mucho mas difícil de encajonar.</span><o:p></o:p></span></p> <!--EndFragment--> <script type="text/javascript">var gaJsHost = (("https:" == document.location.protocol) ? "https://ssl." : "http://www.");document.write(unescape("%3Cscript src='" + gaJsHost + "google-analytics.com/ga.js' type='text/javascript'%3E%3C/script%3E"));</script><script type="text/javascript">try {var pageTracker = _gat._getTracker("UA-1499638-2");pageTracker._trackPageview();} catch(err) {}</script>Pulgamamáhttp://www.blogger.com/profile/12101854852466279272noreply@blogger.com13tag:blogger.com,1999:blog-5185492992006718266.post-4236612197611956022010-04-18T10:52:00.000-07:002010-04-18T11:46:57.129-07:00Reflexiones sobre la grandeza humana<script type="text/javascript"><br />var gaJsHost = (("https:" == document.location.protocol) ? "https://ssl." : "http://www.");<br />document.write(unescape("%3Cscript src='" + gaJsHost + "google-analytics.com/ga.js' type='text/javascript'%3E%3C/script%3E"));<br /></script><div style="text-align: justify;">Tengo días, ya creo que meses, pensando en de qué se trata eso de ser extraordinario, de ser grande, de ser un ser humano monumental, uno cuyo existencia repercute más allá de si mismo.
<br />Siempre he querido pensar, o mi arrogancia o ego me han llevado a pensar, que voy a ser extraordinaria, que voy a hacer grandes cosas, que voy a escribir libros, que voy contar historias, que voy a ayudar a gente, que voy a criar unos hijos a quienes le importe de verdad el mundo, que voy a cambiar las cosas.
<br />Sin embargo, últimamente he pensado en que quizás yo no vaya a alcanzar ese tipo de grandeza de la que hablo, no porque no sea capaz, sino quizás porque muy en el fondo, no quiero, o porque no estoy dispuesta a asumir los sacrificios que eso requiere.
<br />¿Entonces, donde me deja eso? ¿Significa eso que voy a vivir una existencia mediocre?
<br />Me viene a la mente la imagen de mi abuela, una señora que ha criado a seis hijos y ha cuidado no se a cuántos nietos y ha iluminado la vida de todos los que tiene a su alrededor. Mi abuela no ha escrito libros. No ha ido a África a alimentar a niños desnutridos. Mi abuela no tiene una página en wikipedia (sí, mis parámetros de grandeza están realmente desvariados, lo sé). Además de su familia y conocidos, a mi abuela no la conoce nadie. Y aún así, o tal vez precisamente por todo esto, mi abuela es uno de los seres humanos más extraordinarios que he conocido en mi vida.
<br />Probablemente es por mi abuela que yo estoy aquí. Y cuando digo aquí no hablo de Nueva York, sino del lugar en el que me encuentro en mi vida. Casada y enamorada, haciendo un postgrado, viviendo nuevas experiencias. Si mi abuela no hubiese criado a mi padre como lo hizo, no le hubiese enseñado la bondad, si no me hubiese enseñado a mi la importancia del amor y la fe como factores generadores de cambio, probablemente yo sería una persona diferente. Y eso que sólo estoy hablando de mí y no de cómo mi abuela ha cambiado la vida de mis tíos o de mis primos.
<br />Y pienso en los ejemplos más esenciales, más cotidianos, más lugar comunes y más hermosos. En la madre que se levanta todos los días a las cinco de la mañana a preparar el desayuno, a llevar a los muchahos al liceo para después ir a su trabajo todo el día y llegar agotada a la casa a pasar el poco de tiempo haciendo cena o ayudando con la tarea.
<br />Pienso en aquellos que adoptan un hijo, en los que son capaces de perdonar lo imperdonable, en los que le brindan café a sus vecinos, en los que se voluntarían para enseñar a un niño o un adulto a leer, en los que le dan el asiento a una señora mayor en el metro, en los que piensan primero en el otro que en sí mismo, y me doy cuenta de que hay algo grande y hermoso en cada uno de nosotros.
<br />Hay miseria en cada uno de nostros sí, hay crueldad también, hay indeferencia claro, obvio, pero está en nosotros la posibilidad de acercarnos a la grandeza con cada decisión que tomemos. Al menos es esta forma de pensar la que me ayuda a sobrellevar mi existencia.
<br /></div><script type="text/javascript"><br />try {<br />var pageTracker = _gat._getTracker("UA-1499638-2");<br />pageTracker._trackPageview();<br />} catch(err) {}</script>Pulgamamáhttp://www.blogger.com/profile/12101854852466279272noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-5185492992006718266.post-10944436369926101982010-03-22T14:26:00.000-07:002010-03-22T20:50:12.985-07:00Pateando calle, lejos de Caracas<script type="text/javascript"><br />var gaJsHost = (("https:" == document.location.protocol) ? "https://ssl." : "http://www.");<br />document.write(unescape("%3Cscript src='" + gaJsHost + "google-analytics.com/ga.js' type='text/javascript'%3E%3C/script%3E"));<br /></script>Pienso que uno sólo conoce bien los suelos que pisa. Las calles que se recorren con los propios pies. Los banquitos de plaza en los que uno se sienta. Las esquinas de las que uno se apoya cuando está cansado. Se conoce mejor un lugar cuando se siente su olor, se habla con su gente, se entrega uno a la voluntad de éste. Esto lo he aprendido en los casi dos años que tengo viviendo en Nueva York.
<br />Hoy por ejemplo, salí de Broadway y 181, bajé hasta la 157 luego en metro hasta la 110 y ahora voy camino a Red Hook, Brooklyn, muy cerquita del agua, a entrevistar a un señor al que llaman "el alcalde de la calle".
<br />A Caracas, lamentablemente, no me la camine así. Porque mi querida madre no me dejaba, porque tenía carro, porque, aunque me de verguenza aceptarlo, me daba miedo. Siempre he pensado que ésta es quizás una de las razones por las que siempre estoy desubicada en mi ciudad (y sí, sigue siendo mi ciudad).
<br />Caracas no pasó por mis pies, yo no paseé por sus suelos hasta dejar mis zapatos gastados. Por eso hay un barrera entre nosotras dos, una pared acrílica desde la que presencio todo como una espectadora. Hasta que no sienta su suelo caliente debajo de mis pies todos los días de mi vida, siempre habrá algo de Caracas que no será mio.
<br />Y eso de sentirla, por ahora, no podrá ser.<script type="text/javascript"><br />try {<br />var pageTracker = _gat._getTracker("UA-1499638-2");<br />pageTracker._trackPageview();<br />} catch(err) {}</script>Pulgamamáhttp://www.blogger.com/profile/12101854852466279272noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-5185492992006718266.post-60261240780734066422010-02-25T18:34:00.000-08:002010-02-25T18:41:49.661-08:00Conclusiones cotidianas<script type="text/javascript"><br />var gaJsHost = (("https:" == document.location.protocol) ? "https://ssl." : "http://www.");<br />document.write(unescape("%3Cscript src='" + gaJsHost + "google-analytics.com/ga.js' type='text/javascript'%3E%3C/script%3E"));<br /></script><span style="font-size:100%;">A esta conclusión llegué hoy:
<br />
<br /><span style="font-size:130%;">
<br /><span style="font-size:100%;">Hablo demasiado, </span>
<br /></span>
<br /><span style="font-size:180%;"> escucho muy poco, </span>
<br />
<br />
<br /><span style="font-size:130%;">
<br /><span style="font-size:100%;">pienso demasiado,</span></span>
<br />
<br /> <span style="font-size:180%;"> actúo muy poco. </span>
<br />
<br />
<br />
<br /><span style="font-weight: bold;font-size:130%;" >Habrá que cambiar eso. </span>
<br />
<br /></span><script type="text/javascript"><br />try {<br />var pageTracker = _gat._getTracker("UA-1499638-2");<br />pageTracker._trackPageview();<br />} catch(err) {}</script>Pulgamamáhttp://www.blogger.com/profile/12101854852466279272noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-5185492992006718266.post-5431357620868572692010-02-21T12:44:00.000-08:002010-02-21T15:53:44.001-08:00Hagamos un trato<script type="text/javascript"><br />var gaJsHost = (("https:" == document.location.protocol) ? "https://ssl." : "http://www.");<br />document.write(unescape("%3Cscript src='" + gaJsHost + "google-analytics.com/ga.js' type='text/javascript'%3E%3C/script%3E"));<br /></script><div style="text-align: justify;"><span style="font-style: italic;font-size:85%;" >A </span><span style="font-style: italic;font-size:85%;" >Leis por sugerirme que descargara mi furia con el teclado. Te quiero, mamis.</span>
<br />
<br />Me pregunté que se siente ser Latina y di con la respuesta.
<br />No se siente nada.
<br />Nada de nada, pues la verdad es, que yo no soy latina, yo soy venezolana.
<br />Venezuela está en Latinoamérica al igual que muchos otros países como Colombia, Brasil, Guatemala, Bolivia, que poco tienen que ver los unos con los otros, excepto por el hecho de que comparten continente y hablan el mismo idioma (y esto ni siquiera es una regla porque ya sabemos que en Brasil se habla portugués).
<br />Así que como yo no siento nada de nada, dudo que un bogotano bien empintado o un boliviano de Cochabamba tengan una respuesta para esta pregunta.
<br />Ser Latino, que suena muy lindo, que es una idea bellísima, esa de que somos apasionados, y desordenados e impulsivos, no es más que un invento de estos gringos para poder meternos a todos en la misma bolsa y tal vez evitarse el fastidio que les debe causar aprenderse cada uno de los nombres de nuestros países. Y cuando escribo esto, me viene a la mente el video de Alberto "Is it Qüito or Quito" <a href="http://www.youtube.com/watch?v=WVU6ulSMjc8">( http://www.youtube.com/watch?v=WVU6ulSMjc8). </a>
<br />Entiendo por qué lo hacen pero honestamente, me fastidia cuando mis compañeros de la universidad me preguntan cómo están las cosas en Latinoamérica, o cómo se hace tal cosa u otra en Latinoamérica. Señores, Latinoamérica no es un país, y si quieren saber cómo están las cosas en algún país de Latinoamérica, hagan lo que yo y abran el periódico. No van a obtener una respuesta más cercana de mi parte, porque a exceptuar por algún viajecito a Guatemala, o Colombia, la única realidad que yo me conozco (y a veces me cuesta entenderla) es la venezolana.
<br />Así que no, señor de la oficina de Career Services de mi universidad, no sé cómo es el mundo de las publicaciones en inglés en Latinoamérica porque yo no vivo en Latinoamérica, yo soy solo parte de un país que es parte de un compendio mayor.
<br />Ser Latino es como casi todo en este país, una marca. Es Jennifer López y su culo gigantesco y Penélope Cruz (cuyo país de origen ni siquiera forma parte de Latinoamérica) y sus ojos gigantes, es Eva Longoria y su estampa de <span style="font-style: italic;">sexy mama</span>, es Shakira y su bamboleo de caderas. Y sin contar que Jennifer López y Eva Longoria se criaron en este país y ni siquiera hablan español, aparte del hecho de que todas están buenísimas, no sé si los elementos que hacen latinas a estas mujeres sean los mismo, aunque si estoy segura que para los gringos los son: tres mujeres piernonas, caderonas y tetonas con pintas de buena cama.
<br />Pero quiero ir más allá de la mitificación de ser latino que viene del cine y contar los ejemplos que yo veo todos los días en esta ciudad; en el metro, en las calles, en todas partes. Aquí latino es el hermano de mi amiga dominicana, ese que no habla una sola palabra en español, no porque no sepa, sino porque no quiere, pero cuando prende el radio en su carro suena reggaeton a todo volumen.
<br />Latino es el cura argentino de la iglesia de Mott Haven, modoso y calmado como se supone que son los curas. Latina también es Carolina Herrera, con sus camisas blancas que parecen de cartón de lo perfectas que son, allá en su apartamento rococó en el Upper East Side. Latina es Cynthia, la puertorriqueña que conocí el otro día, que vive en un refugio para personas sin casa sen el South Bronx, con su esposo y tres hijas. Latino es José, el jornalero salvadoreño que viajó a pie desde San Salvador hasta Nueva York, en un recorrido que le tomó un año.
<br />Latina soy yo, sentada aquí en este escritorio en mi estudio en Washington Heights, intentando dejar sangre en estas teclas, porque me molesta, me revienta, me hincha las pelotas (y eso que técnicamente no tengo pelotas) que me metan en un saco que es demasiado pequeño para tanta variedad. Me molesta que no se tomen la molestia de apreciar las diferencias.
<br />Rabia que es justificable pero no totalmente honesta, pues yo también tengo un saco para clasificar a los gringos: que son sosos; que no les importa más nada que su paisito, (si ya sé que es "LA" potencia mundial, pero comparado con lo grande que es el mundo, es un paisito); que no saben dónde queda Venezuela, y no les importa, que no tienen sentido de familia, que son individualistas, que su sentido del humor es tonto. Y aunque casi todo esto puede ser verdad, hay excepciones.
<br />Sería lindo hacer un trato, ¿ o no?
<br />Señores gringos no me pregunten sobre Latinoamérica porque sólo sé lo que leo en los periódicos, no pretendan que mi culo sea igual de grande que el de la López, o que mueva las caderas como Shakira, o que oiga reggeaton todo el día, y yo dejo de pensar que ustedes son todos unos gafos individualistas que sólo comen hamburguesas y papas fritas mientras cenan enfrente del televisor.
<br />Yo dejo mis estereotipos y ustedes dejan los suyos. Creo que es un trato justo. Justo, y hermosamente irreal.
<br />
<br /></div><script type="text/javascript"><br />try {<br />var pageTracker = _gat._getTracker("UA-1499638-2");<br />pageTracker._trackPageview();<br />} catch(err) {}</script>Pulgamamáhttp://www.blogger.com/profile/12101854852466279272noreply@blogger.com22tag:blogger.com,1999:blog-5185492992006718266.post-65931472543626069332010-02-12T10:47:00.000-08:002010-02-16T19:38:21.780-08:00Mi noche en la E.R. y Parte III: De mi McDreammy y otros estereotipos<script type="text/javascript"><br />var gaJsHost = (("https:" == document.location.protocol) ? "https://ssl." : "http://www.");<br />document.write(unescape("%3Cscript src='" + gaJsHost + "google-analytics.com/ga.js' type='text/javascript'%3E%3C/script%3E"));<br /></script>Cuando ya llevaba mis buenas tres horas en la emergencia, apareció. Llevaba una chaqueta deportiva y un mono azul y todavía no se había puesto la bata. Alma estaba en el cuarto cuando él llegó a hacerme las mismas preguntas.
<br />Era mi McDreammy particular (el heroe romántico de Grey´s Anatomy para los perdidos que no saben de qué hablo), que después de dos bolsas de suero, y varias vomitadas, había llegado para palparme la panza.
<br />-Tell me, why are you here tonight?.
<br />-Do you want the whole story? -le dije riéndome.
<br />Él se rió de vuelta y me pidió que le contara toda la historia. Después preguntó de dónde era. Su repuesta me sorprendió. Había estado en Venezuela en el 93 o 94, ahora no recuerdo, viviendo en casa de un profesor de español que conoció en su colegio, en no recuerdo qué ciudad americana. Había pasado uno o dos meses en Caracas, tampoco recuerdo exactamente cuánto -culpo a la deshidratación por mi falta de memoria- y se había hospedado en Prados del Este.
<br />-Mi esposo vivía cerquita de ahí -le dije.
<br />Me visitó un total de tres veces, y la última vez le pedí que por favor me diera de alta. Mi compañera de cubículo tenía cancer, y a mi vecina, madre de una niña recién nacida, le acababan de diagnosticar un edema pulmunar. Seguro podrían darle un uso más útil a mi camilla. A las 3:00 am me dejó ir bajo la promesa de que guardara reposo y tomara mucho líquido.
<br />Para ser sincera, este McDreammy no tenía los ojos azules, como el de la TV, ni tenía ese aire de galán atormentado, como el de la TV. Pero sí era dulce y compasivo, como el de la TV. Justo lo que necesitaba después de ocho horas de malestar.
<br />Las series de televisión no mienten. O bueno si lo hacen, pero no siempre. Las salas de emergencia gringas, al menos esta que fui, son exactamente iguales a las de la televisión. Están los paramédicos eficientes, las enfermeras malas y las buenas, los residentes que hacen rondas y diagnostican a sus pacientes enfrente de sus maestros -médicos con más experiencia- los pacientes ruidosos que molestan a todos los demás, los pacientes cuyas esperanzas guindan de un hilo (como Ivonne), los pacientes sanos que pasaron por una situación desafortunada (yo y mi virus estomacal). Y por supuesto, los McDreammy, con sus sonrisas luminosas y sus palabras dulces.
<br /><script type="text/javascript"><br />try {<br />var pageTracker = _gat._getTracker("UA-1499638-2");<br />pageTracker._trackPageview();<br />} catch(err) {}</script>Pulgamamáhttp://www.blogger.com/profile/12101854852466279272noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-5185492992006718266.post-12295073971118765592010-02-05T18:58:00.000-08:002010-02-06T09:33:35.506-08:00Mi noche en la E.R. Parte II: Mis luchas y las de Ivonne<script type="text/javascript"><br />var gaJsHost = (("https:" == document.location.protocol) ? "https://ssl." : "http://www.");<br />document.write(unescape("%3Cscript src='" + gaJsHost + "google-analytics.com/ga.js' type='text/javascript'%3E%3C/script%3E"));<br /></script>Una enfermera rubia y joven intentaba desvestirme y limpiarme mientras yo luchaba para que mi compañera de cubículo y el médico que la atendía no me vieran desnuda y embadurnada.
<br />La enfermera rubia, hija de immigrantes colombianos, me hablaba en español con un acento extraño, igual al de las de las presentadora de CNN, mientras me limpiaba con pañitos de agua tibia.
<br />Como estaba avergonzada y quería desparecer, intenté concentrarme en lo que el médico le decía a mi compañera de cubículo, una mujer robusta, de rostro hinchado y calva. No había que ser adivino para saber que tenía cancer y que los malestares producidos por la quimioterapia la tenían de vuelta en el hospital.
<br />Alma y Licantro estaban en una esquina del cuarto -si se le puede llamar cuarto a los cubículos de las salas de emergencia- y no quiero ni pensar, cuánto del espectáculo de la enfermera limpiándome presenciaron. Sé que para cuando volví a vomita Licantro estaba ahí, intentando sujetarme el pelo para que no me lo ensuciara.
<br />Cuando Alma llegó de nuevo al cuarto ya yo tenía una vía en el brazo, el medicamento para parar los vómitos había hecho algo de efecto -todavía tenía nauseas- y me estaban pasando una bolsa de suero. Miantras Alma me preguntaba como me sentía, con esa mirada dulce que tiene, Ivonne chillaba de dolor.
<br />- Este es su segundo cáncer de mamas. Tiene 10 años luchando -me dijo Alma que le había dicho Ivonne, cuando yo estaba demasiado ida como para escuchar nada.
<br />Sólo luego nos dijo su nombre. Ivonne. Hija de padres puertorriqueños de Ponce, nacida y crecida en Nueva York. 52 años. Madre de tres hijos. Abuela de cinco nietos, tres niñas, dos niños. Sobreviviente de un cáncer de mamas. Poseedora de otro cáncer de mamas. Presa de una quimioterapia que la hacía visitar la sala de emergencia con más frecuencia de la que ella quería.
<br />-Tiene que estar uno en una sala de emergencia tirada en una cama para darse cuenta de qué es lo que importa -le dije a Alma refiriéndome al valor de la salud, en lo que debe ser una de las confesiones más cursis que he hecho en voz alta.
<br />-Dios sabe por qué hace las cosas -me dijo.
<br />Una doctora de cabello corto y castaño se presentó junto a mi cama y comenzó a palparme la barriga, escucharme el corazón, los pulmones y a hacer todas esas cosas rutinarias que hacen los doctores y que a mí me parecen estúpidas en algunas circunstancias. Me preguntó que había comido, si había viajado -ajá ya querían decirme que es un virus traído del tercer mundo- a qué hora había empezado el malestar y si había tenido fiebre.
<br />-No, además del vómito y la diarrea no tengo más nada -le dije.
<br />Diagnosticó un virus estomacal, algo que según ella por estos días estaba dando mucho. Alma se fue a llamar a Licantro -no los dejaban estar los dos a la vez, los gringos y sus reglas- e Ivonne empezó a gritar. Aparentemente sólo yo escuchaba.
<br />-Enfermeraaaaaa -empezé a gritar yo.
<br />Llegó una mujer negra y mala encarada que antes le había sugerido a mi enfermera rubia colombiana que me pusiera un pañal. Un pañal coño!!! Qué diablos le pasa???
<br />Ivonne sólo le dijo "I'm in pain" y la enfermera diabólica le respondió que ya le daría algo para el dolor.
<br />Quise distraer a Ivonne y empezé a preguntarle y decirle bobadas. Le dije que lo bueno de haber sobrevivido a un cáncer era que podría sobrevivir a otro. Que ella era una guerrera. De verdad sentía que debía decirle algo. Ahí estoy yo que después de unos días, mi virus se iría y ahí estaba ella, que se iría esa madrugada de la emergencia y seguiría con su quimio y con su cáncer.
<br />Licantro volvió al cuarto y le dio por tomarme fotos. En mi peor estado, con mi peor cara y él pensaba que me veía muy linda en la cama del hospital. Dios este hombre me ama!, me dije. Me dio besitos en la frente, me buscó una cobija y un vaso de agua, porque la doctora de pelo corto castaño quería ver si yo podía sostener líquido dentro de mi organismo.
<br />Ivonne, que era vaqueana en la emergencía, le empezó a decirle a Licantro cómo ponerme la cobija y dónde conseguir el agua. Hablaba en inglés y en español. Luego se volteó hacia la pared para intentar descansar. Al rato vino un médico y le dijo que tenía pulmonía, que tenían que recetarle antibióticos. Asintió resignada.
<br />Luego de escuchar el diagnóstico del médico de Ivonne, me voltée y cerré los ojos. Deseé seguir vomitando, deseé seguir llenándome de porquerías. Todo con tal de que Ivonne dejara de sufrir, aunque sea por esa noche.
<br />Mi lucha terminaría con un final feliz, seguramente. ¿La de ella? Ni ella, ni los médicos lo podrían decir.
<br /><script type="text/javascript"><br />try {<br />var pageTracker = _gat._getTracker("UA-1499638-2");<br />pageTracker._trackPageview();<br />} catch(err) {}</script>Pulgamamáhttp://www.blogger.com/profile/12101854852466279272noreply@blogger.com11tag:blogger.com,1999:blog-5185492992006718266.post-47552569548660977982010-02-03T16:23:00.000-08:002010-02-03T16:57:23.112-08:00Mi noche en la E.R. Parte I: 911 y el paseo en la ambulancia<script type="text/javascript"><br />var gaJsHost = (("https:" == document.location.protocol) ? "https://ssl." : "http://www.");<br />document.write(unescape("%3Cscript src='" + gaJsHost + "google-analytics.com/ga.js' type='text/javascript'%3E%3C/script%3E"));<br /></script>Eran las 9:30 de la noche de ayer cuando Pauline, la señora de seguridad de mi universidad, dijo que iba a llamar a la ambulancia.
<br />Le dijo a Licantro, -Sir, do I have your permission to call the paramedics?-
<br />Yo estaba acostada en el piso del baño de mi escuela -un edificio moderno de dos pisos- entregada al malestar. Había vomitado más de 10 veces. Mi amiga española Alma, que le queda bien el nombre pues cuando se le mira se le ve directamente al alma, estaba sentada a mi lado, haciéndome cariñitos en la cabeza.
<br />El malestar había empezado a las 6:00 pm. Había almorzado un pimentón relleno de couscous preparado en casa y una ensalada de rúgula, cranberries y durazno, también hecha en casa. A las 4:00 pm me había tomado un café con Alma para soportar las horas que todavía me quedaban enfrente de la computadora en la sala de redacción. Mi primera historia del semestre para entregar hoy a las 2:00 pm.
<br />No me había tomado el malestar demasiado en serio, pues pensé que después de vomitar tres veces me sentiría mejor y me iría a mi casa en un taxi. Había decidido llamar a Licantro para que viniera a buscarme y devolverse conmigo, pues Alma no me quería abandonar y me daba dolor hacerla subir hasta Washington Heights y luego hacerla bajar hasta su casa en Brooklyn.
<br />Cuando llegó Licantro, 40 minutos después, yo estaba mucho peor. Por falta de potasio no podía mover las manos, ni hablar de levantarme del piso. Como era tarde no había nadie en la escuela además de Pauline, el chico de la limpieza y nosotros.
<br />Pauline entró el baño a avisarnos:
<br />-The paramedics are on their way-.
<br />Supongo que el mal tiempo los atrapó pues llegaron como 20 minutos después. Sentía un calor frío que me ocupaba todo el cuerpo y sólo quería cerrar los ojos. Los paramédicos, uno moreno chiquito y otro de pelo canoso, me preguntaron mi nombre, mi apellido y la fecha, para comprobar si estaba consciente. Me preguntaron esa retajila de preguntas que hacen los médicos, y que tendría que escuchar repetidamente durante la noche: cuando fue su última menstruación, es alérgica a algún medicamento, sufre de alguna enfermedad, algún chance de que esté embarazada? No, no había chance de que estuviera embarazada y aunque el paramédico canoso me palpó la barriga tres veces, no, no me dolía la apéndice.
<br />No recuerdo bien cómo me sentaron en la silla de ruedas. Sólo recuerdo que mi pantalón estaba desbrochado, que yo estaba bañada en jugos gástricos y que para ese punto ya había perdido el control de los esfínteres y todo pudor. Atravesamos el lobby, nos montamos en el ascensor, y salimos del edificio. La ambulancia estaba justo enfrente. Nevaba y las luces de los taxis me parecían violetas.
<br />Alma decidió venirse con Licantro y conmigo en la ambulancia, cosa que le agredeceré eternamente. Estaba segura de que viajar en ambulancia sería emocionante también esta vez, pero estaba demasiado débil para notarlo. La primera vez que viajé en ambulancia estaba en Francia y me había torcido el brazo, así que pude disfrutar el recorrido.
<br />Estaba acostada en la camilla con dos bandas naranjas que me cruzaban los tobillos y los brazos y que yo insistía en soltarme porque sólo quería retorcerme. Tenía la máscara de óxigeno puesta. Y en realidad no entiendo por qué me la pusieron pues sólo hacía sentarme más mareada. Los paramédicos dijeron que me llevarían al hospital más cercano. En 15 minutos estábamos ahí.
<br />No recuerdo cuando me bajaron de la ambulancia, ni el recorrido hasta la emergencia. Sí recuerdo que el paramédico le entregó al médico de guardia el informe sobre mi estado y que me pusieron en un cubículo acortinado junto a una mujer que aullaba de dolor...
<br />
<br />
<br /><script type="text/javascript"><br />try {<br />var pageTracker = _gat._getTracker("UA-1499638-2");<br />pageTracker._trackPageview();<br />} catch(err) {}</script>Pulgamamáhttp://www.blogger.com/profile/12101854852466279272noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-5185492992006718266.post-33283890487964619462010-01-22T11:16:00.000-08:002010-01-22T11:48:14.072-08:00Caracas, por qué te quiero<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://1.bp.blogspot.com/_FPSCFWTQRdw/S1n_gTuU8zI/AAAAAAAAAMg/RtMLuTM-iuA/s1600-h/DSCN0393.JPG"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 267px;" src="http://1.bp.blogspot.com/_FPSCFWTQRdw/S1n_gTuU8zI/AAAAAAAAAMg/RtMLuTM-iuA/s400/DSCN0393.JPG" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5429651756287324978" border="0" /></a><br /><span style="font-size:85%;"><span style="font-style: italic;">A <a href="http://fantocheblog.blogspot.com/">Victoria</a> y a todos aquellos que sí saben querer a Caracas...<br /><br /></span></span>Caracas y yo nunca hemos sido realmente amigas. A decir verdad, siempre he envidiado a aquellos que tienen una relación intensa con la ciudad.<br />Cuando vivía con ella Caracas hablaba y yo no sabía muy bien que decía.<br />Caracas me daba los buenos días a punta de cornetazos, y de colas interminables vía a la Católica. Caracas me daba los buenos días con amaneceres violeta y naranja que nunca supe apreciar.<br />Caracas me sacudía, me agarraba por el pescuezo y me lanzaba a la vida. Caracas me enseñaba a atrevesarla completa. A superar obstáculos.<br />Ir al Silencio era mi peor pesadilla, mi dosis diaria de espasmos escalofríantes... Pero Caracas sólo quiere a quién se la merece.<br />Caracas no se entristeció cuando me fui, al contrario, la escuché cuando decía "vete, te veré volver llorando a mis pies". Caracas tuvo razón. Tuve que irme para entenderla, tuve que tenerla lejos para querer tenerla cerca. Me convertí en un cliché más... "uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde". Me creía más inteligente.<br />Caracas me explica cosas ahora que estoy aquí. Caracas me dice que ella es de la única manera que le hemos permitido ser... arrebatada, luchadora, empecinada. Caracas me dice también que todavía no estoy preparada para volver. Caracas me dice de nuevo, que me vaya, que si no me va a volver loca.<br />-Pero yo te quiero -le digo.<br />-Yo también -me dice. -Pero nadie dijo que el amor era suficiente.<br />Caracas me quita su cielo azul. Otra vez.Pulgamamáhttp://www.blogger.com/profile/12101854852466279272noreply@blogger.com20tag:blogger.com,1999:blog-5185492992006718266.post-28841986887748579362010-01-19T20:43:00.000-08:002010-01-19T20:46:36.461-08:00Hoy sólo quiero decir...<script type="text/javascript"><br />var gaJsHost = (("https:" == document.location.protocol) ? "https://ssl." : "http://www.");<br />document.write(unescape("%3Cscript src='" + gaJsHost + "google-analytics.com/ga.js' type='text/javascript'%3E%3C/script%3E"));<br /></script>... que estoy en Caracas hasta el martes que viene, y al igual que la vez pasada no quiero irme.
<br /><script type="text/javascript"><br />try {<br />var pageTracker = _gat._getTracker("UA-1499638-2");<br />pageTracker._trackPageview();<br />} catch(err) {}</script>Pulgamamáhttp://www.blogger.com/profile/12101854852466279272noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-5185492992006718266.post-51011061561199884892010-01-05T14:36:00.000-08:002010-01-05T15:15:37.257-08:00Quiero<script type="text/javascript"><br />var gaJsHost = (("https:" == document.location.protocol) ? "https://ssl." : "http://www.");<br />document.write(unescape("%3Cscript src='" + gaJsHost + "google-analytics.com/ga.js' type='text/javascript'%3E%3C/script%3E"));<br /></script><span style="font-style: italic;"><span style="font-size:85%;">Porque el año está comenzando. Porque antes de tener algo, uno primero tiene que quererlo!</span></span><br /><br />Quiero una casa en la playa. No tiene que ser muy grande ni elegante, puede ser una churuatica pero que esté cerca del mar.<br />Quiero caminar descalza todo el tiempo. Mirar el sol sin encandilarme y descubrir en él el origen del mundo.<br />Quiero una estrella enfrente de mi ventana. Un pedazo del cielo de Caracas en diciembre, y una réplica del mar de Los Roques en mi bañera. Quiero un amanecer violeta y naranja.<br />Quiero que el agua de una cascada me caiga encima y me sacuda la tristeza, la nostalgia y cualquier cosa que me moleste.<br />Quiero comerme doce cupcakes de Magnolia Bakery y no engordar ni medio kilo. Un algodón de azucar rosado que se me haga azúcar entre los dedos. Quiero una hallaca para mí sola y una ración de patacones con queso rallado.<br />Quiero una empanada de Playa El Agua y un jugo de fruta del mercado de Conejero.<br />Quiero una cena romántica con velitas en el techo vacío de un edificio.<br />Quiero pasar un día arropada en la casa y no sentirme culpable. Quiero querer hacer ejercicio.<br />Quiero un abrazo de mi abuela, una sonrisa de mi madre y un viaje a un safari en África con mi hermano. Quiero caerme a curda con mi padre.<br />Quiero caminar por Sao Paulo con Daniela, subir el Auyantepui con Lea y pasear todo un día por Nueva York con Heliana. Quiero tomar champaña en la mañana con José Roberto.<br />Quiero un beso eterno de Licantro. Mejor dos, uno en los labios, otro en la frente.<br />Quiero desayunar en París, almorzar en La costa Amalfitana y cenar en Buenos Aires. Quiero darle la vuelta al mundo.<br />Quiero un vestido de <span style="font-style: italic;">bluejean</span>, un corte de pelo que me haga lucir como una modelo argentina y unos zapatos de tacón que no me molesten. Quiero verme en el espejo y que me guste lo que veo.<br />Quiero pasar toda una semana sin llorar. Quiero reír hasta que me duelan las tripas.<br />Quiero que se cumplan todos mis deseos.<br /><script type="text/javascript"><br />try {<br />var pageTracker = _gat._getTracker("UA-1499638-2");<br />pageTracker._trackPageview();<br />} catch(err) {}</script>Pulgamamáhttp://www.blogger.com/profile/12101854852466279272noreply@blogger.com15tag:blogger.com,1999:blog-5185492992006718266.post-7501543592785838392009-12-29T17:12:00.000-08:002009-12-29T18:42:14.346-08:00Licantro y yo<script type="text/javascript"><br />var gaJsHost = (("https:" == document.location.protocol) ? "https://ssl." : "http://www.");<br />document.write(unescape("%3Cscript src='" + gaJsHost + "google-analytics.com/ga.js' type='text/javascript'%3E%3C/script%3E"));<br /></script>A Licantro y a mí nos gusta perdernos y encontrarnos. Como si fuésemos dos novios que se citan en una plaza o un parque y se buscan con la emoción de verse nuevamente.<br />Cuando trabajábamos en El Silencio, un día, ya de novios, nos tropezamos en una calle por casualidad. Fue en ese momento que supe que me casaría con él, viajaría con él y tendría hijos con él. Sentí una sensación de placidez, parecida a la que uno experimenta cuando llega a casa cansado de un día de trabajo y se echa en el sofá. Tiempo después el me dijo que él había sentido exactamente lo mismo.<br />Desde ese día esa práctica de tomar cada uno su camino y luego encontranos se ha convertido en un placer imprescindible. Yo lo espero en un bar y el que me sorprende por detrás. O quedamos en encontranos en alguna esquina y lo veo venir hacia mi. O nos buscamos en medio de una fiesta tumultosa. Jugamos a perdernos y encontrarnos.<br />Ahora que estamos pasando vacaciones navideñas en la playa, en Fort Lauderdale, hemos desarrollado un nuevo pasatiempo. Todas las mañanas salimos a caminar en un boulevard al lado del mar. Como él corre más rápido que yo, nos encontramos cuando yo finalizo. A veces llego al punto de encuentro y el ésta sentado en un murito blanco, con la cabeza un poco gacha y los pies descalzos. Otras está parado en la arena viendo hacia al mar. Y otras está sólo esperándome. Cada vez que llego de nuevo a él me siento como ese día en la calle de El Silencio. Me siento en casa.<br /><script type="text/javascript"><br />try {<br />var pageTracker = _gat._getTracker("UA-1499638-2");<br />pageTracker._trackPageview();<br />} catch(err) {}</script>Pulgamamáhttp://www.blogger.com/profile/12101854852466279272noreply@blogger.com15tag:blogger.com,1999:blog-5185492992006718266.post-10871673075040657042009-11-02T11:36:00.000-08:002009-11-02T12:22:15.909-08:00Larry el mendigo<script type="text/javascript"><br />var gaJsHost = (("https:" == document.location.protocol) ? "https://ssl." : "http://www.");<br />document.write(unescape("%3Cscript src='" + gaJsHost + "google-analytics.com/ga.js' type='text/javascript'%3E%3C/script%3E"));<br /></script>Larry me mira con sus ojos grises acuosos y me pide que le preste mi cámara para tomarme una foto.<br />-La foto te la quiero tomar yo a ti -le digo.<br />No accede, pero no deja que me vaya. Me pregunta el nombre, el apellido, la nacionalidad. Me pide que le invite un cafe. Le digo que no, que si la profesora de ética se entera me regaña pues los reporteros no deben pagar por información y aquí piensan que brindarle un café a alguien es comprarlo.<br />Me da dolor no invitarle un café. Se nota que tiene frío. Es claro que no se ha bañado. Tiene las manos sucias y la barba enredada, pero aún así, o tal vez justo por eso, luce hermoso. Le hablo de una encuesta que publicaron sobre como subió el índice de personas sin casa en Nueva York. Dice Larry que va seguir subiendo. Que la crisis no se ha acabado, que la cosa va para largo.<br />Larry no me cuenta toda su historia. Solo dice que ahí, en el refugio donde duerme no tiene privacidad, que no tiene donde guardar sus cosas. Veo el carrito que lleva con él. Lleva ropa y papeles. Lleva también cartones.<br />Le digo a Larry que por favor me deje tomarle una foto, que en lugar de estar hablando con él debía tomar fotos, que para eso el profe me había mandado a la calle con una cámara, y que si no me deja tomarle una foto me van a raspar.<br />Acepta reacio. Prometo no publicarla. Me pide mi mail para mandarle la foto. Se lo doy y también mi número de teléfono y la dirección de la escuela. Le digo que me llame, que quiero pasar un dia con él y tomarle fotos. Pienso egoistamente en ese foto reportaje que tengo que entregar en dos semanas y en cómo el sería ideal. Me da verguenza mi egoísmo.<br />Larry no me llama. Miro su foto que tengo guardada en el escritorio de Margarita, mi computadora. Es una buena foto. Sus ojos grises acuosos salen mas grises y mas acuosos que en persona. Miro también la foto que por fin dejé que Larry me tomara. No pienso borrarla. Pienso guardarla y entregársela junto con la suya cuando me lo vuelva a encontrar en esa esquina de Time Square a unos pasos de mi universidad.<br /><script type="text/javascript"><br />try {<br />var pageTracker = _gat._getTracker("UA-1499638-2");<br />pageTracker._trackPageview();<br />} catch(err) {}</script>Pulgamamáhttp://www.blogger.com/profile/12101854852466279272noreply@blogger.com18tag:blogger.com,1999:blog-5185492992006718266.post-20549279506308155002009-10-23T18:24:00.001-07:002009-10-23T18:46:04.916-07:00Más extranjera que nunca<script type="text/javascript"><br />var gaJsHost = (("https:" == document.location.protocol) ? "https://ssl." : "http://www.");<br />document.write(unescape("%3Cscript src='" + gaJsHost + "google-analytics.com/ga.js' type='text/javascript'%3E%3C/script%3E"));<br /></script>Justo cuando pensaba que ya no me sentía tan extranjera. Justo después de recibir mi tarjeta de crédito, tal como sugirió "el señor de las tierras" el día de la firma del contrato de alquiler del 7-D. Justo cuando consideraba la idea de dejar este blog y moverme hacia otro lugar en mi vida. Justo hoy, cuando lo unico que quiero es estar rodeada de lo mío, me di cuenta de que soy una ilusa, una ingenua, que en algún momento tengo que dejar de ser tan infantil.<br />Nunca voy a dejar de ser extranjera. Y la verdad es que me muero por pertenecer, me muero por adaptarme, me muero por sentirme en casa. Ser extranjera es demasiado doloroso.<br />Mientras escribo esto lloro. Y quien crea que soy una pendeja tiene razón. Y quien crea que soy una quejona también tiene razón, pero yo, no se como sentirme de otra manera.<br />No todo ha sido malo, debo admitir. De hecho, en las ultimas semanas, o creo que ya han sido meses, todo ha ido bastante bien. En la universidad sigo sufriendo con el inglés pero para mi sorpresa mis profesores están contentos conmigo y hasta me van a publicar una historia en un periodico local.<br />¿Qué pasa entonces? Pasa que Karen Brown, la gringa rubia con cara de Legally Blond maligna que esta en mis clases de televisión y periodismo interactivo me tiene harta con su perfección y su sonrisita amable cada vez que le hablo. Pasa que en la universidad nadie se saluda. Pasa que nadie habla mal de nadie, ni bien de nadie. Nadie hable de nadie. Pasa que tomar cafe en la tarde no es un ritual. Pasa que los buenos días no incluyen un beso. Pasa que las felicitaciones no vienen con abrazo. Pasa que las fiestas de cumpleaños tienen hora de comienzo y hora de fin. Pasa que todo está escrito en un guión y yo no recibí una copia. Pasa que mientras mas me dejo ir, más me extraño. Pasa que ya no encuentro historias en todas las esquinas, que ya los paseo en el metro no me resultan una aventura. Pasa que estoy cansada. Pasa que quiero mi casa. Pasa que no se si mi casa está aquí.<br /><br /><br /><script type="text/javascript"><br />try {<br />var pageTracker = _gat._getTracker("UA-1499638-2");<br />pageTracker._trackPageview();<br />} catch(err) {}</script>Pulgamamáhttp://www.blogger.com/profile/12101854852466279272noreply@blogger.com19tag:blogger.com,1999:blog-5185492992006718266.post-40289904302261419062009-09-19T17:29:00.000-07:002009-09-19T17:56:45.625-07:00Las palabras no están en los dedosHace tres o cuatro semanas que empezé esta tarea de escribir en inglés. Lo primero que escribí fue un<em> lead</em> (el primer párrafo de una noticia) sobre el cuento de Rizitos de oro. Empezaba con algo así como: "Three bears have found a little girl in their home, police said". La profesora corrigió ese y otro ejercicio, y para sorpresa mía no tenía casi errores gramaticales. "Pretty Good", me escribió en una de mis tareas.<br />Mi primera asignación periodística fue cubrir una rueda de prensa (más bien una sesión de fotos porque las niñas no hablaron mucho) con la Miss Universo y Miss USA. Por supuesto que tuve tremenda ventaja porque la Miss Venezuela contestó todas mis preguntas al enterarse que éramos paisanas.<br />Me dieron dos horas para escribir esa noticia y de nuevo para mi sorpresa, pareció gustar. El <em>coach </em>de escritura, un señor viejo, alto y flaco, con pinta de periodista arrecho, se acerco a mi computadora, leyó y dijo, "Not bad". La nota no fue espectacular pero quedé conforme: B.<br />Esta semana que pasó fue que entendí que más allá de los errores gramaticales, que los he empezado a corregir, los de ortografía que los corrije Word, y la falta de vocabulario que se resuelve con Wordreference, hay algo mucho más complicado, algo que solo el tiempo tal vez, llegaré a dominar.<br />Sucede que cuando escribo en español no pienso, es como si mis palabras pasaran directamente de la boca a la yema de los dedos sin hacer <em>stop </em>en<em> </em>el cerebro<em>. </em>En español siento las palabras, en inglés pienso las palabras, y digamos que pienso lento.<br />A veces es frustrante saber que tienes tanto que decir pero te faltan alas. Quieres ir rápido y no puedes. Lo peor es cuando me dicen "show don´t tell" (enseña no sigas), una técnica periodística en la que en lugar de decir que la persona era alta, dices que no podía pasar por la puerta. En español esto era cosa de todos los días, en inglés, lamentablemente, no puedo enseñar. Si no sé mirar en inglés, cómo puedo mostrar entonces.<br />Lo que más preocupa -y si ya sé, diría Licantro, yo y mis preocupaciones absurdas- no es poder escribir en inglés como lo hago en español porque presiento que eso no va a suceder, no tiene sentido que suceda, sino qué y si se me olvida escribir en español. Si ya sé que parece absurdo pero no lo es tanto. Estoy reprogramándome para escribir al estilo inglés, corto, directo al grano, menos viceral que en castellano, y me aterra pensar en qué pasaría si mi cerebro deja de hacer la distinción y empieza a escribir igual en los dos idiomas. Dejaré de sentir las palabras en las yemas de los dedos?Pulgamamáhttp://www.blogger.com/profile/12101854852466279272noreply@blogger.com13tag:blogger.com,1999:blog-5185492992006718266.post-52221100963879279402009-09-02T15:09:00.000-07:002009-09-02T15:23:15.710-07:00Disparates sin acentos<script type="text/javascript"><br />var gaJsHost = (("https:" == document.location.protocol) ? "https://ssl." : "http://www.");<br />document.write(unescape("%3Cscript src='" + gaJsHost + "google-analytics.com/ga.js' type='text/javascript'%3E%3C/script%3E"));<br /></script>Escribo sin acentos desde la sala de redacci<span style="font-weight: bold;">o</span>n de la escuela de periodismo donde ahora estudio, mientras la maquina esta, una MacBookPro de lo m<span style="font-weight: bold;">a</span>s coqueta, me subraya todo en rojo porque no entiende este idioma, estas palabras. Probablemente porque tampoco entiende esta nueva vida. O soy yo la que no la entiendo.<br />Estoy feliz. Tengo un vaso de carton Dunkin Donuts medio lleno de cafe, y trato de delucidar que tengo que hacer para ma<span style="font-weight: bold;">n</span>ana, o para pasado, o para el mes que viene, pero la verdad es que no me viene nada a la mente. Tampoco esta computadora, a la que bautiz<span style="font-weight: bold;">e</span> Margarita tiene <span style="font-weight: bold;">egne</span>.<br />He estado perdida desde que me fui a Venezuela y a<span style="font-weight: bold;">u</span>n<span style="font-weight: bold;"> </span>m<span style="font-weight: bold;">a</span>s desde que llegu<span style="font-weight: bold;">e</span>. Me cansa horrores los d<span style="font-weight: bold;">i</span>as completos de clases en ingl<span style="font-weight: bold;">es </span>y cuando llego a la casa ya no tengo m<span style="font-weight: bold;">a</span>s palabras.<br />Estoy confundida. No tengo ideas claras. El cansancio, al igual que la altura, el ribotril y el vino, me droga. Y no se nada. No se que tengo que hacer. En que metro me monto? Tampoco Margarita tiene signo de interrogaci<span style="font-weight: bold;">o</span>n para abrir la pregunta. Tengo que descifrarla, tengo que descifrarme a m<span style="font-weight: bold;">i</span>.<br />El cafe no parece estar haciendo nada. Estoy cansada y la pantalla est<span style="font-weight: bold;">a </span>roja, y no me gusta ver todo de rojo porque me pone nerviosa. Y si pregunto<span style="font-weight: bold;"> </span>por qu<span style="font-weight: bold;">e, </span>no tengo<span style="font-weight: bold;"> </span>acentos<span style="font-weight: bold;"> ni signos de interrogacion. Y ahora la negrita se quedo pegada</span> y pufff, ya se quit<span style="font-weight: bold;">o. </span>No entiendo nada. Nueva York yace afuera<span style="font-weight: bold;">. </span>Yo estoy aqu<span style="font-weight: bold;">i. </span>Estoy cansada. Estoy feliz.<br /><script type="text/javascript"><br />try {<br />var pageTracker = _gat._getTracker("UA-1499638-2");<br />pageTracker._trackPageview();<br />} catch(err) {}</script>Pulgamamáhttp://www.blogger.com/profile/12101854852466279272noreply@blogger.com24tag:blogger.com,1999:blog-5185492992006718266.post-69748596345655258342009-08-15T12:05:00.000-07:002009-08-15T12:09:19.990-07:00No quiero irme<div align="justify">Tengo mucho que contar pero hoy nada quiero decir. Esto es lo único que tengo en la cabeza luego de tres semanas de reuniones, comidas, fiestas y viajes a la playa con amigos y familia: <strong>no quiero irme</strong>. Ya sé que una vida me espera allá en Nueva York, pero hoy, desde la casa de mis padres en Los Palos Grandes, cuando falta una semana y un día para volver, confieso, malcriada, aniñada y negada a enfrentar la realidad, que no quiero irme. No quiero. No quiero. No quiero.</div>Pulgamamáhttp://www.blogger.com/profile/12101854852466279272noreply@blogger.com15tag:blogger.com,1999:blog-5185492992006718266.post-78788787858942339432009-07-31T14:15:00.000-07:002009-07-31T15:10:12.743-07:00En el aniversario<em><span style="font-size:85%;">A los que siempre me acompañan</span></em><br /><em><span style="font-size:85%;"></span></em><br /><div align="justify"><span style="color:#000000;">Llegué un par de minutos más tarde de lo previsto y ella ya estaba ahí. Sentada en una mesa, en la terraza de Boston Bakery, con la mirada en el cuadernito que lleva siempre -"es mi cuadernito de trabajo", me dijo luego- mientras bebía un agua mineral Minalba de esas<em> fancy</em> que apellidan Sparkling.</span></div><div align="justify"><span style="color:#000000;">-Corina -dije suponiendo que era ella, pues era la única chica sóla en todo el lugar. </span></div><div align="justify"><span style="color:#000000;">Se paró de la mesa y nos abrazamos. Era la primera vez que la veía pero ya la conocía. Yo llegué a Kopiva (</span><a href="http://ccontaris.blogspot.com/"><span style="color:#000000;">http://ccontaris.blogspot.com/</span></a><span style="color:#000000;">) y luego ella a Extranjera en el 7-D, y entre un post y otro nos hicimos amigas. </span></div><div align="justify"><span style="color:#000000;">Hablamos de los hombres, del futuro, de periodismo, de su trabajo, del mío, de nuestros blogs. Ella con su agua y yo con un té con limón y Splenda hasta que Debora (</span><a href="http://alieska.blogspot.com/"><span style="color:#000000;">http://alieska.blogspot.com/</span></a><span style="color:#000000;">), a quien conocía desde antes de marcharme y conocí aún más desde lejos, se nos unió y seguimos la charla mientras comíamos sanduches y ensalada. </span></div><div align="justify"><span style="color:#000000;">Corina no es la única, por supuesto. Hoy 31 de julio, cuando Extranjera en el 7-d cumple un año, puedo decir que a mis amigos de siempre se han sumado otros igual, o hasta más, importantes que me han acompañado en mi nostalgia. </span></div><div align="justify"><span style="color:#000000;">Andrés </span><a href="http://theandrewshow.blogspot.com/"><span style="color:#000000;">(http://theandrewshow.blogspot.com/</span></a><span style="color:#000000;">) me dijo en un comentario hace dos posts qué dónde había dejado a los nuevos amigos. Andrés a ustedes "los nuevos amigos" quiero agradecerles todo lo que han hecho por mí. </span></div><div align="justify"><span style="color:#000000;">Con Víctor (http://victor-marin.blogspot.com/) lo hablamos en Nueva York, donde ahora él vive, el primer día que nos vimos, esa tarde de verano, mientras visitábamos el MET. Pensé en que gracias a este blog lo conocí, mientras comíamos cachapas con queso y bebíamos un vino azucarado <em>-</em>que según la etiqueta, cultiva Diane, una neoyorquina que huyó a los viñedos californianos- en la terrazada del 7-D. </span></div><div align="justify"><span style="color:#000000;">Ayer, después de que me despedí de Corina y Débora lo volví a pensar. Cuando abrí este blog lo hice porque lo necesitaba, porque quería escribir, porque quería ser leída, pero nunca me imaginé todo esto: los amigos que me acompañan desde El Salvador, Argentina, España, Puerto Rico, Venezuela; la ensalada de vegetales rostizados en Boston Bakery, los paseos neyorquinos acompañada de un nuevo amigo, las promesas de un café, una chicha, un fernet, una birra. Nunca me imaginé todo este cariño. </span></div><div align="justify"><span style="color:#000000;">A ustedes "los nuevos", y a los que me acompañan desde antes, gracias.</span> </div>Pulgamamáhttp://www.blogger.com/profile/12101854852466279272noreply@blogger.com17tag:blogger.com,1999:blog-5185492992006718266.post-57848145772863144982009-07-29T05:03:00.000-07:002009-07-31T15:07:19.426-07:00Amanecí en Caracas<div align="justify">Después de que el avión aterrizó en Maiquetía, el piloto anunció por el autoparlante que debíamos esperar un rato pues el personal de tierra no estaba. El señor gordo y sudoroso que estaba a mi lado se llevó la mano a la cabeza en señal de resignación y escuché detrés de mi, más de uno que decía con risa agria "cómo se nota que llegamos a Venezuela". Me imaginé que "el personal de tierra" estaría tomándose unas birritas y viendo el juego. Esa espontaneidad del trópico, que fascina cuando se está desacostumbrado a ella, pero agota cuando se convierte en la norma.<br />Caminé el pasillo largo y blanco que conduce desde la puerta del avión hasta las taquillas de inmigración y escuché como dos mujeres, una joven y otra no tanto, decían que lo que pasaba en el país era triste, <em>trissss</em>te, con acento fonético en la primera sílaba; que había que irse. Irse como yo, pensé. Corrí hasta la última taquilla de inmigración, antes de que la muchedumbre se diese cuenta de que estaba abierta y no había cola, y Rogelio Díaz me pidió que le diera un chance, pues su jefe se había sentado en la computadora a jugar solitario y le había cambiado todo. Demasiada tropicalidad, pensé. Rogelio por fin arregló lo desarreglado y me selló el pasaporte. </div><div align="justify">Por supuesto que mi maleta fue de las últimas en salir. Después de un año, mi llegada no podía carecer de tensión dramática. Mi mamá me mandaba mensajitos por el Blackberry y me pedía que me acercara al vidrio para verme a lo lejos. Después de 40 minutos salí. Mi querida madre y mi hermano estaban esperando mientras mi padre daba vueltas para no estacionarse. </div><div align="justify">En el trayecto mi hermano me mostró como la autopista se había convertido en estacionamiento de varios vecinos de los ranchos que están al borde de la vía. "Ese para el carro ahí, en el canal lento todos los días". La tropicalidad nos mata. </div><div align="justify">En la casa, mi madre me ayudó a vaciar la maleta y arreglar la ropa en mi nuevo closet. Inmediatamente me di cuenta de que mi cuarto aquí es más grande que el 7-d. Costó para que me fuese a la cama. Por fin a la 1 mi padre nos dijo a mi madre y a mi que bastaba, y me fui a mi cuarto. No tenía sueño y me puse a revisar unas cartitas que me escribieron mi amigas Arroceras (debo aclarar que la arroceras somos un grupo de "lectura" en el que hacemos, desde leer el tarot, a beber, todo menos leer libros) en mi despedida de soltera. Adela decía que era una loca. Victoria que admiraba mi letra, Eulalia que le gustaba como carecía de vergüenza. Por eso es que uno guarda viejas correspondencias, para recordarnos cómo nos ven los otros. Me dormí después de leer la última cartita, embojotada en un edredón y sabanas blancas y con el aire acondicionado a mil. </div><div align="justify">Me desperté sin el sol achicharrante que entra por el 7-d en verano, sin el calor pegajoso que se siente allá porque el aire acondicionado no funciona, y sin mirar los techos de los edificios y el humo de la fábrica que parece no parar nunca. Tardé un segundo en darme cuenta de que estaba en Caracas, en casa de mis padres. No quería pararme de la cama, pero tenía hambre, así que bajé a la cocina. La señora Miriam me abrazó, me dijo que estaba bonita, gordita, que antes estaba muy flaquita, y que tenía cara de niñita. Pronto llegó mi madre que me prohibió volver a mi cuarto a dormir, y mi hermano que salía para la universidad. Desayunamos los tres juntos, casabe con queso de telita y jugo de patilla. Supo mejor de lo que pensé. Dios cuanto lo extrañaba! (al queso, no a mi hermano). Lindo cambio para alguien que desayunaba lo que encontrara en la nevera mientras veía a Regis and Kelly o a Rachel Ray en ABC. </div><script type="text/javascript"><br />try {<br />var pageTracker = _gat._getTracker("UA-1499638-2");<br />pageTracker._trackPageview();<br />} catch(err) {}</script>Pulgamamáhttp://www.blogger.com/profile/12101854852466279272noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-5185492992006718266.post-89748599175771808882009-07-26T16:55:00.000-07:002009-07-26T17:18:53.031-07:00Viaje a la patria<div align="justify">La maleta vinotinto espera acostada en el piso del 7-D. Esa misma que vino full hace un año cuando llegué a Nueva York, mañana regresa, a medio llenar, a Caracas. Llevo conmigo la ropa más fresca y bonita que he comprado, un tenisómetro para mi papá, unas piedritas para hacer accesorios para mi prima, algunos libros, un vestido para la boda de mi cuñada, una carpeta llena con papeles que resumen mi vida aquí (en caso de que necesite alguno mientras me encuentro fuera), un cuadernito con anotaciones, una cámara llena de fotos de fin de semana que todavía no he pasado a la computadora, unas revistas para mi hermano y unos cupcakes de magnolia para Fede, mi costilla. </div><div align="justify">Regreso con cinco kilos que he ganado en mi tiempo acá (en realidad creo que son más pero no quiero ni saber) y un nudo entre la garganta y el estómago. Regreso después de un año. Regreso a pasar un mes con mi familia. A recargarme de energías. Regreso a comer queso telita y guayanés y cualquier otro blanco fresco. Regreso para encontrarme con mis amigas y alcanzarles la vida que me perdí (los hijos que tuvieron, los trabajos que consiguieron, los apartamentos a los que se mudaron). Regreso a mi cuarto de niña soltera en casa de mis padres. Regreso a la berenjenas rellenas de la señora Miriam y a su sopa de pollo milagrosa. </div><div align="justify">Regreso a "casa". ¨O no? Cuando uno regresa al país que dejó, está regresando o se está yendo? Cuál es la casa entonces? El 7-d que dejo por un mes o la de mis padres con mi cuarto de paredes blancas y cubre cama de flores ? Dicen que hogar es donde el corazón está. Y si el corazón está dividido? </div><div align="justify">Regreso, entonces, a lo tanto extrañado, a lo tanto llorado, a lo tanto anhelado. Regreso a contar cómo es no ser La Extranjera del 7-d. O quizás a contar como es ser La Extranjera sin mi 7-d. </div>Pulgamamáhttp://www.blogger.com/profile/12101854852466279272noreply@blogger.com17tag:blogger.com,1999:blog-5185492992006718266.post-62785484311887902092009-07-15T07:31:00.000-07:002009-07-15T08:15:11.796-07:00Embellecerse en la esquina del caos<div align="justify">Las chancleta negras y rosado fluorescente tiradas en el piso ya no blanco, cubierto por mechones de cabellos de todos los colores y texturas. El papel de aluminio de la merienda de la mañana en el tocador, el video de Jerry Rivera en la televisión y el reggeaton que reza que lo muevo y soy tuya. </div><div align="justify">Tres mujeres al final del salón que conversan mientras a la una le lavan la cabeza, a la otra le cubren de esmalte negro el dedo gordo del pie, y a la última le quitan los rollos del pelo. Albania que me dice, mientras mueve sus carnes, envueltas en una licra blanca y una franelilla turquesa que no llegan a cubrir su inmensidad, que si quiero hacerme el<em> blow (secarme el cabello)</em> o los rolos (para que el cabello quede ondulado). El Blow le digo. </div><div align="justify">Me hago un espacio en un taburete negro que tiene el tapiz roído y que deja a la vista la goma espuma, mientras un niño a mi lado, le da tetero a su hermanito que está en el coche y llena el asiento, el suelo y a él, de leche, que espero sea fórmula y no leche materna. </div><div align="justify">Mientras espero a que me atiendan en Maggie, salón de belleza unisex, en una esquina de una calle en Washington Heights (Dominican Heights, más bien), Nueva York, no puedo evitar sentirme en casa. Recuerdo cuando Zoilín, mi peluquera, estiraba mis rizos en el caos de un cusuchito en una esquina en El Silencio, Caracas, justo al frente de un burdel y a unos cuantos edificios de la sede de El Nacional, el periódico donde trabajaba, o cuando me escapaba a la hora del almuerzo a El Oso Unisex, justo al lado de una tasca en Los Cortijos en la que viejos barrigones y jóvenes lascivos jugaban caballo los viernes por la tarde. </div><div align="justify">Albania termina de quitarle los rollos a la doña a la que atiende y me invita a sentarme en su silla. Ella, antes de empezar, se sienta en la de enfrente y se cambia los zapatos deportivos por las chanclas negras y rosado fluorescente, justo antes de agarrar con las manos embadurnadas de sudor de pie, un mechón de mi cabello. </div><div align="justify">Albania me recuerda a Zoilín, la de El Silencio, que almorzaba fideos con caraotas justo antes de que yo llegara, y que cantaba Jerry Rivera mientras me atendía. Entiendo por qué de todas las peluquerías de Nueva York escogí este rincón sucio y ruidoso y no un oasis impecbale donde una japonesita te masajea el craneo mientras te pone el champú. </div><div align="justify">El caos está en mi ADN, tengo una inclinación hacia él, lo anhelo cuando no lo tengo, aunque luego me queje. El caos me hace sentir en casa. No es que nos disfrute de los masajes de la japonesita y no sepa distinguir que posiblemente en una peluquería en el Upper East Side me atiendan mejor, pero a mi las chancletas, el reaggeaton y Albania me hacen sentir contenta. Tal como Zoilín en El Silencio, o las negritas de licras de El Oso Unisex. Está eso, y que me ahorro unos dólares, claro. </div>Pulgamamáhttp://www.blogger.com/profile/12101854852466279272noreply@blogger.com11tag:blogger.com,1999:blog-5185492992006718266.post-40837217076818749982009-07-11T08:10:00.000-07:002009-07-11T08:56:09.075-07:00Yo conmigo<div align="justify">Por estos días en los que Licantro está desde las 8:00 am hasta las 6:00 pm en la ONU, Luciana y Leo están fuera de la ciudad y Penélope está trabajando también, he pasado mucho tiempo sola en la ciudad. Debo admitir, si no es que ya lo saben, que yo no soy de esas personas que dicen que "saben disfrutar de su soledad", pero en esta semana he descubierto que puedo pasarla bien sola solita. De hecho, puedo pasarla muy bien. </div><div align="justify">Como el verano está aquí, ya no tengo la excusa de pasar el día enrollada en la bata de peluche, echada en el sofá vainilla, primero porque el calor en el 7-d es insoportable y segundo pues porque da remordimiento desaprovechar un día soleado. </div><div align="justify">El lunes pasado fui a sacarme mi ID de Nueva York. Después de un año cargando la cedulita venezolana era necesario. Sencillísimo el asunto: fui a una oficinita en la 34, lleve una planilla, mi pasaporte y mi tarjeta del seguro social y media hora más tarde ya estaba afuera con mi ID provisional en mano (la original la mandan en dos semanas por correo). Siempre he odiado hacer este tipo de trámites sola pues me vuelvo un desastre pero la cosa salió muy bien. </div><div align="justify">Al terminar me di cuenta que estaba cerquita de Macy's y decidí aprovechar para buscar un vestido para la boda de mi cuñado. Buscar un vestido para un matrimonio es algo que no hubiese hecho sola en Caracas jamás, pero la verdad es que si esperaba a que alguien me pudiese acompañar me iba a quedar sin vestido. </div><div align="justify">Así que llegué al piso de los vestido, me probé como 30 y dejé uno reservado. Azul marino, de capas, escote en V. Muy elegante y totalmente favorecedor. Me forzé a utilizar sólo mi criterio, para elegir, sin la opinión de Licantro o una amiga (claro que debo confesar que me tomé una foto y se la mostré a Licantro y mi madre).</div><div align="justify">Lo consulté con la almohada y el martes después de la clase de inglés fui a Macy's a buscar mi vestido azul. Lo que creí que sería una visita corta, buscar el traje y largarme se convirtió en una jornada de 4 horas. Cuando tenía el vestido decidí que, ya que estaba ahí no era mala idea buscar los zapatos. A cada par que veía le tomaba una foto y se la enviaba a mi querida madre para que me diese su opinión. Me dicidí por unos Anne Klein, dorados y champagne, preciosísimos. </div><div align="justify">Cuando tuve los zapatos pensé que, ya que estaba ahí, debía aprovechar para comprar la ropa interior apropiada para el atuendo (las que son mujeres saben que uno no se puede poner cualquier vestido con cualquier sostén, no, no, no) y luego me dije que, ya que estaba ahí, podía comprarme los zarcillos a juego. A las 5:00 pm caí tendida en una mesa en la cafetería y disfruté de un pollo a la pimienta <em>by myself.</em> Cuando vi el reloj me di cuenta que había pasado un día sola de una manera productiva sin derramar una sóla lágrima. </div><div align="justify">El día de compras sola me dejó un buen sabor porque el miércoles en la mañana me desperté y decidí que me iba al cine. Antes de las 12:00 pm la entrada cuesta la mitad y lo fabuloso del cine a donde voy es que uno se puede cambiar de película sin que le pidan la entrada. Así que cuando terminé My Sister's Keeper entré a The Proposal. A salir del cine abosolutamente feliz me crucé con unos zapaticos negros chatos soñados y los compré, y luego me fui a Central Park y me lancé en la grama bajo un árbol. Estuve sola, echada, divina, pensando en cómo le hubiese gustado a Federico mi costilla verme ahí abstraída y feliz. </div><div align="justify">Con dos días de soledad tan marvillosos, en el tercero tomé un riesgo mayor. Me fui a un restaurante <em>thai </em>a almorzar sóla. Me daba fastidio cocinar y estaba antojada de un pollo al curry verde. Ningún drama aquí tampoco, me senté en la mesa, comí tranquila, relajada, pagué y me fui, esta vez a la casa, al sofá vainilla. La paseadera me dejó agotada.</div><div align="justify">Pienso en mi semana como la serie de libros infantiles sobre Teo. Aquella en que un chico gordinflón pelirojo iba al zoológico, la playa, el centro comercial y tenía increíbles aventuras. En vez de Teo va al zoológico, La Extranjera va a Macy's; La Extranjera se relaja en Central Park; La Extranjera come pollo al curry, La Extranjera va al cine. Está muy bien, creo yo. Después de todo, si no me tengo a mi misma para que me sirve todo lo demás?</div><script type="text/javascript"><br />try {<br />var pageTracker = _gat._getTracker("UA-1499638-2");<br />pageTracker._trackPageview();<br />} catch(err) {}</script>Pulgamamáhttp://www.blogger.com/profile/12101854852466279272noreply@blogger.com18