viernes, 22 de enero de 2010
Caracas, por qué te quiero
A Victoria y a todos aquellos que sí saben querer a Caracas...
Caracas y yo nunca hemos sido realmente amigas. A decir verdad, siempre he envidiado a aquellos que tienen una relación intensa con la ciudad.
Cuando vivía con ella Caracas hablaba y yo no sabía muy bien que decía.
Caracas me daba los buenos días a punta de cornetazos, y de colas interminables vía a la Católica. Caracas me daba los buenos días con amaneceres violeta y naranja que nunca supe apreciar.
Caracas me sacudía, me agarraba por el pescuezo y me lanzaba a la vida. Caracas me enseñaba a atrevesarla completa. A superar obstáculos.
Ir al Silencio era mi peor pesadilla, mi dosis diaria de espasmos escalofríantes... Pero Caracas sólo quiere a quién se la merece.
Caracas no se entristeció cuando me fui, al contrario, la escuché cuando decía "vete, te veré volver llorando a mis pies". Caracas tuvo razón. Tuve que irme para entenderla, tuve que tenerla lejos para querer tenerla cerca. Me convertí en un cliché más... "uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde". Me creía más inteligente.
Caracas me explica cosas ahora que estoy aquí. Caracas me dice que ella es de la única manera que le hemos permitido ser... arrebatada, luchadora, empecinada. Caracas me dice también que todavía no estoy preparada para volver. Caracas me dice de nuevo, que me vaya, que si no me va a volver loca.
-Pero yo te quiero -le digo.
-Yo también -me dice. -Pero nadie dijo que el amor era suficiente.
Caracas me quita su cielo azul. Otra vez.
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20 comentarios:
Caracas sin el primate Teniente Coronel tenía su encanto, lo tiene ahora de lejos, de vivirla día a día solo queda un gran manto de llanto...
Exactamente por eso es que no puedo volver... lo cual no quiere decir que no la quiero. Pero bueno, la única manera de entender lo que estoy diciendo es yéndose.
¡Bellísimo! Me encantó, sobre todo, el final...
Algo tiene Caracas, que a pesar de nuestros sentmientos encontrados, al final logra que le dediquemos un post. Hace tiempo también le escribí a ella, lo comparto contigo: http://anitaescribe.blogspot.com/2008/06/ella-es.html
Besitos y gracias por tu comment :)
Oh!
Creo que dices más de lo que puedo decir en mi día a día, desde que volví de Maracaibo a la Gran Caracas he querido recitarle versos... siento que me quedo corta cada vez que levanto la mira al Ávila
Maravilloso el texto, no diré que te entiendo más sí que te siento...
Salu2! =)
Ah, he cambiado de dirección, espero no sea mucha molestia seguirme ahora en http://desde1para2.blogspot.com/
No conozco, pero espero conocer algún día esa ciudad, antes de que el comunismo se apodere de ella
muy buen texto!!!
me gustó mucho el blog
saludos desde el chiquero
A mi me encanta, me encantó y me encantará. Me da tristeza, me da alegría, me da nostalgia; me da vida.
Caracas te quiero.
Me gusta la emotividad del texto, aunque en mi caso sería "Mérida, por qué te quiero".
Simplemente Brutal, no hay mas palabras, el anonimo reportando desde caracas....
lindo relación tenés con tu ciudad, pero mejor que siga así en ese noviazgo tortuoso, ya sabemos lo que pasa con el matrimonio...
hola!
besitos argentinos, che!
Muy bueno y cierto lo que dice Galán de barrio: un hermoso noviazgo.
Besos linda, y vas a volver y te irás también... y será bueno.
(ya te extrañaba montones)
Carla, nuestro blog es serio y jamás robamos información de nadie. Allí esta escrito tanto el nombre del autor como la revista que lo publicó.
Muy bueno tu artículo por cierto. De todas formas bienvenida!.
Saludos.
Te entiendo perfectamente, yo vivo en Atlanta! y a diferencia mi nostalgia no es solo por Caracas es por Venezuela completa, Yo soy de Anzoategui...
Ani Sosa: gracias, tienes toda la razón. Caracas es inspiradora, sin embargo debo reconocer que es a NY a la que le he dedicado un blog completo. Irónico.
Charal: gracias por acompañarme en mis sentimientos. El ávila es increíble.
Diego Mira: es hermosa, ojalá pudieses venir antes de que... sea demasiado tarde.
Adri: gracias.
Federico: nos sentimos igual!
Jairo: Mérida también es fascinante, dedícale un tiempo.
Anónimo: gracias, siempre tan leal.
Galán: me encantó el comentario, sí es un noviazgo tormentoso, y como todo amor contrariado es divino!!!
Lore: amén, que las nostalgia se me vaya rápido. Te extraño!
El Venezolano es: te res`pondí en tu blog, pero igual te digo aquí qu efue mi error, cuando me di cuenta suprimí el comentario no sé qué pasó que no se borró. Elimínalo por mi si puedes. Un placer conocerlos!
Mis escritos: estamos en las mismas, algunas veces es muy duro, pero tiene sus recompensas!
Qué ganas de conocer Caracas, diantre.
HER MO SA. Desde una Caracas que me mantiene tragando gas lacrimógeno ahora mismo, desde una Caracas que me tiene durmiendo y con las piernas adoloridas de marcharla (porque la quiero, por más nada) INFINITAS GRACIAS REINA!!!
Todos los besos.
tus palabras han hablado por mi y eso lo agradezco. tu y yo somos uno de tantos cliches que se han alejado de su pais atraidos por las bellas piernas de otros. por sus alturas y grises de humo radiantes. talvez por el calor que prometian dejando al calor propio. a esa raiz. llevo 16 años lejos de mi Rusia y hasta la fecha aun se queja porque tengo una amante (que se cree muy maja).
saludos.
Almu: te llevo conmigo un día.
Vicky: lucha reina, lucha por los que no estamos allá, aunque no suene justo. Aquí te prometo que me estoy preparando para hacer kick-ass journalism cuando vuelva a la patria.
Asturiela: sabes tengo varias amigas rusas muy queridas aquí. Es fuerte estar sin la patria, hay un pedazo de uno que siempre se queda allá.
Abrazos!
Difiero, mi querida extranjera. La única manera de entender lo que dices no es yéndose y te doy mi punto de vista.
A finales de 2009 llegué a la conclusión de que es tiempo de marcharme de Venezuela. De cambiar todo un plan de vida concebido desde 1980. En ese momento tenìa claro que mi boleto a esta tierra de gracia era solamente de ida, sin retorno. Haría mi vida y tendría mi familia aquí y seguramente, terminaría mis días aquí. Siempre aquí.
No voy a pasar mis últimos días bajo la bota de un dictador ignorante, soberbio y ególatra, que, secundado por un ejército de focas sin cerebro, dispondrá lo que puedo o no decir, lo que puedo o no pensar.
Y esto ha significado la pena enorme de despedirme todos los dìas que faltan hasta que concrete la forma de marcharme. Aún no sé si volveré a mi México natal, o sencillamente, iré sin rumbo buscando un lugar donde acampar.
Ustedes, jóvenes, tienen la vida por delante, aunque eso no hace las cosas menos dolorosas (ya transité ese camino con 23 años y no fué fácil), pero con mis más de 50 años esto se siente como sal en una herida no cerrada. ¿Recuerdas lo que te dije alguna vez de ser siempre extranjera?
Y me duele el alma todos los días que contemplo el Ávila y la luz de esta época del año que no se parece a nada. Y los araguaneyes locos floreciendo a destiempo, y las guacharacas y su escándalo y el jugo de caña (natural y con doble limón que no debiera engordarme) que me tomo a veces en la autopista y le compro a la morena siempre sonriente.
Y me despido de este clima maravilloso siempre benévolo. Y lloro por mi trabajo feliz enemedio de ese bendito jardìn con posibilidad de mirar al Ávila con Caracas a sus pies solamente caminando un par de minutos. Por toda esa gente sonriente que me alienta y mi jefa que dice que "soy un ángel".
Y me sigue doliendo porque veo a mis hijas que se quedarán o se irán y harán su vida, aquí o en cualquier parte, tal vez como yo, diciéndole adiós a su país natal. Y quisiera ahorrarles esa pena y no puedo. En fin, que hoy no te doy ánimo y me solidarizo con tu nostalgia aunque no esté de acuerdo contigo. Para entender lo que sientes no hace falta irse.
Un beso.
disfruta NYC, para que al marcharte de allí no te pase lo mismo que con CCS, uqe ves lo bueno cuando no estás y cuando estás sólo maltripeas....
Anónimo: creo que es una característica propia del ser humano esa de querer lo que no se tiene. Por supuesto que estoy disfrutando NY pero eso no significa que no me queje, que no critique, que a veces llore, que quiera que las cosas sean diferente. Esa es mi forma de lidiar con la realidad. Questionable? Pues supongo que sí, pero es mi forma, la única que conozco y la que me ha ayudado a disfrutar de los momentos felices en esta ciudad.
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