martes, 6 de enero de 2009

El lugar de Erik

Se sentó en la mesa de al lado y comenzó a hablar solo. Apenas lo vi supe que era diferente. Se paró dos minutos después, y regresó 10 minutos más tarde. Se volvió a sentar. Una de las meseras lo saludó, "Hi Erik, who are yo doing?". Supe que venía con frecuencia, tal vez todas las tardes, y que ese era su lugar. Imaginé que probablemente se sentaba todos los días allí, en esa misma mesa, en esa pizzeria mediocre de un centro comercial en Nueva Jersey.
Vestía de jeanes, sueter azul y gorro del mismo color. Tenía la piel blanca, barba negra muy corta, los ojos claros, no sé si azules o verdes, y no le calculé mucho más de 30 años. Balanceaba su cabeza cada treinta segundos. Un movimiento que parecía incontrolable. No miraba a nadie. Murmuraba palabras, reía, se llevaba las manos a la cara.
Otra de las meseras se le acercó y le preguntó si quería lo mismo de siempre, él no contestó, mas le hizo una seña de que esperara. Me produjo ternura lo que hizo luego, no sé por qué, pues no era particularmente una acción tierna: se llevó las manos al bolsillo, sacó su billetera y contó su dinero. No como un hombre que cree que se quedó sin plata, sino como un niño que cuenta si le alcanza para su dulce favorito.
Trataba de no mirarlo con descaro, no quería que pensara que lo miraba por las razones equivocadas. Disimulaba concentrarme en mis raviolis cuatro queso, pero cada vez que podía volvía a estudiarlo. Lo miraba porque era tierno. Lo miraba porque me interesaba. No paraba de mirarlo porque sabía que después de hoy no volvería a encontrármelo y necesitaba saber de su mundo.
La mesera le trajo una focaccia con tomate picado en cuadritos. Miró el plato con desconcierto. La chica la preguntó si quería que se lo picaran, el contestó entrecortado que no era necesario. Esparció el tomate sobre el pan redondo, grande y se lo llevó a la boca. Cerró los ojos con el primer mordisco. Me dio hambre y eso que ya estaba comiendo.
Otra de las meseras, le preguntó entre risas, Erik, "¿cuál de todas es tu mesera favorita?" y su respuesta fue la más cordial que podía imaginarse, "a todas las quiero". La chica le contestó que era una buena respuesta y le puso la mano sobre el hombro. El la miró con cariño pero se sacudió la mano. Le incomodó, pensé.
Mientras se comía el pan grande y redondo, seguía hablando. Por más que hice el intento no pude escuchar ni una palabra. El movimiento incontrolable de su cabeza acompañaba el discurso. ¿Con quién hablaría? Parecía una conversación agradable. Nadie más lo miraba. Por un momento sentí vergüenza, pero seguí.
Dejó el plato vacío e inmediatamente le trajeron una pizza. Era bastante para una sóla persona. Lo imaginé un ser de apetito voraz. Me gusta la gente que come así, se me hacen honestos. Antes de que terminara su pizza, llegó mi cuenta. Cuando me fui seguía hablando. Quise pensar que después de la pizza pidió un brownie con helado de vainilla. Quise pensar que se lo devoró. Me hubiese gustado que intercambiáramos miradas, pero entendí que no era posible. Erik estaba en otro lugar. En su lugar.

8 comentarios:

La Macorina dijo...

La capacidad de detenerse 5 minutos en la vida de otro es, al menos para mi, la virtud de la que parten todas las demás noblezas humanas. Más allá de la historia (Maravillosamente escrita, como siempre) mi absoluta admiración por ser una de las que sabe detenerse.

Anónimo dijo...

cuántas veces miramos a alguien, escuchamos pequeñas partes de diálogos o tan sólo una respuesta, y nos quedamos pensando qué será de esa persona?

es muy loco pensar que todos los que pasan por ahí, caminando, haciendo cosas, pensando, tienen sus propias vidas. No es como en una película, donde sólo los protagonistas tienen "nombre y vida", mientras que los extras sólo están ahí para hacer bulto. No, en la vida, todos tienen vida.

y realmente conocemos muy pocas

maravillosamente contado, extranjera

Terapia de piso dijo...

Como la mirada oculta de algo que pocos ven por estar su propio lugar y no en el lugar de otros, como la decisión de poder dejar vivir un poco nuestras historias para vivir -o inferir- las de los demás, aunque sea por unos instantes.


José Roberto Coppola

the FUNKY DOG Style! dijo...

asi es, este lugar es raro, ni bueno ni malo, solo raro, hay muchos personajes extraños dando vueltas por ahi, hasta uno mismo podria ser considerado de interes para otros, quien sabe...

therealfunkydog.blogspot.com

Jardinero del Kaos dijo...

La gente me lo dice todo el tiempo, "parece que estuvieras en tu mundo" ¿y en cual otro voy a estar en el tuyo? rodeado de duendecillos y flores? o en el tuyo oscuro, opresivo y masoquista?
o en el de ella incierto, desconcertante y aburrido? estoy tal vez en el peor de los mundos, pero es el mio y nadie mas lo puede tener...

besos!!!

Andrés Schmucke dijo...

¡Aja! Ya me puse al día con este increible lugar. Jalale el pelo a esa bitch, (o biach como foneticamente dirian los de Goosip Girl, por cierto que le pasara a S con D y a B con C jajajaja xoxo). Esa tipa se lo tiene merecido por no pedir disculpas, no glorifico la violencia pero esa actitud molesta. Una de las razones por las cuales amo Nueva York es porque puedes comprar guiones de películas en las calles de Soho... también porque hay un restaurant cubano donde comí caraotas con azucar y porque camine tomado de manos con el amor de mi vida por Central Park, razones para querer esa ciudad sobran.

A veces me pregunto, ¿que estan pensando los demas? ¿Con que sueñan? ¿En que mundo estan? Erik estaba en su mundo y yo me pregunto, ¿cómo sera?

Saludos.

P.D: Debo confesar que cuando se inauguro el centro comercial Sambil de Chacao fui un día con mi mamá a comer. Estabamos en la feria y eso estaba a reventar, en un segundo se desocupo una mesa y yo, raudo y veloz, la tome, arrebatandosela a una mujer embarazada. No estoy orgulloso de eso, pero en di defensa puedo decir que en esa epoca era un buceador de tetas, pero la gente cambia (o yo en este caso) para mejor. Como dice la publicidad de ADIDAS, "Imposible Es Nada"

Pulgamamá dijo...

Victoria: gracias por lo que me dices, pero debo confesar que a veces soy muy egoista y sólo me veo a mí.
Galán: es cierto lo que dice, es extraño pensar que despues de estar frente a esa persona un minuto, esa persona tiene una vida. No como en las película. Nunca había pensafdo en eso. Por algo eres filósofo.
Terapia: Tu sabes hacer eso mejor que nadie.
Bara: juntémonos.
Funky dog: totalmente cierto,a lo mejor en algun blog del mundo hay un post sobre ti o sobre mi. Raro.
Jardinero: cierto, buena respuesta, en que otro mundo va uno a estar si no es en el suyo.
Andrés: creo que h ido al restaurant cuabano. Ahorita Central Park está nevado, se ve hermoso.
Besos a todos.

yacasinosoynadie dijo...

tantas vidas he historias sentadas en los parque, esperando en los cafetines, haciendo filas eternas en los bancos. Tantas historias alla afuera y yo sin una para contar... Que lindo post Extranjera.