jueves, 21 de agosto de 2008

Mis pequeñas grandes batallas neoyorquinas

Levantarme de la cama sin tenerte a mi lado, con la certeza absoluta de que ese día sólo seremos yo, mis circunstancias y el par de desconocidos con los que me tope.
Bañarme y vestirme para sentarme a trabajar en mi laptop. Es tan cómodo quedarme en pijamas hasta que tenga que salir de la casa.
Hacer tres comidas diarias. Generalmente sólo tengo fuerza o discipilina para dos, desayuno y almuerzo-cena.
Cocinar para una sóla persona. La comida sabe maluca.
Abrir las 3 ventanas del 7-D. Son pesadas y les hace falta aceite.
Acordarme de que la llave de la puerta abre hacia la derecha y no hacia la izquierda.
Tender la cama. Si sólo estoy yo, ¿a quien más le va a importar?
Poner cada cosa en su lugar. Está bien, reconozco que esta manía es importada de Caracas, pero ahora se ha vuelto peor. El 7-D es tan pequeñín que todo siempre está a la vista.
Reciclar la basura. No entiendo qué quiere decir "basura general", y no se cuál es el pote de las botellas, el vidrio o el cartón.
Lavar la ropa. Porque tengo que bajar al piso 2 con mi cestica que pesa y se desbarata y mi jabón de bebé que se bota y meter toda la ropa. Lograr que la máquina acepte la tarjeta. Subir. Esperar 20 minutos. Bajar. Luchar otra vez con la máquina y la tarjeta. Subir. Bajar después de 50 minutos.
Doblar la ropa inmediatamente después de sacarla de la secadora. Después de todo el trajín es más sabroso llegar y echarme a ver televisión.
Entender cuál es la diferencia entre un tren local y uno express y saber cuándo pasa cuál y dónde se para.
Salir por la boca del metro que es, generalmente agarro la equivocada y termino al otro extremo del lugar a donde iba.
Diferenciar entre W (west) y E (east) y entender que 42 W no queda en el mismo sitio que 42 E.
Montarme en autobús. El metro lo tengo más o menos dominado, pero la ruta de los autobuces es un limbo para mí.
Organizar el correo. Vengo de un país dónde el correo nunca llega, por eso se me olvida chequear todas los días el buzón.
Pagar los servicios. No sé cómo pagarlos. Todo el mundo dice que es sencillísimo, pero cada vez que trato de hacerlo por internet o teléfono paso horas y no resuelvo nada.
Encontrar un programa de tv decente entre los 200 canales que tiene el cable.
Barrer la casa. Sucede lo mismo que con las sábanas y el desorden. A) Este lugar es tan pequeño que el sucio ni se ve. B) Además de mí quién va a notar la suciedad.
Salir sóla cuándo estoy triste.
Entender cómo está dividido Washington Heights y por qué si la salida del metro que está a dos lugares de mi edificio es la parada 181, yo vivo en la calle 184.
Encontrar el camino de regreso a mi casa.
Dormirme temprano.
Dormir sóla
Los días sin tí.

1 comentario:

Dani dijo...

Y a casi llega!!!
:)