martes, 12 de agosto de 2008

Por culpa de un sol inaspectado

Esta entrada la escribo con los párpados resecos porque acabo de llorar. La historia es la siguiente: Esta tarde, a eso de las 2:00 pm me sentía un poco triste y hablé con mi querida madre. Ella me dijo, qué como iba a ser eso, que orgullosa que debía estar, que me movía como un pez en el agua y apenas tenía tres semanas en Nueva York. Hace más o menos una hora, me di cuenta de que mi madre está equivocada y que yo no llego ni a renacuajo.
Luego de colgar con ella llamé a mi prima La Pata.
- Patica, ya sé que no es de noche y que te cobran la llamada pero es que me siento triste.
- No marica, olvídate de eso. Es normal. Mejor vístete y sal, aunque sea por tu zona a hacer diligencias.
Tranqué con La Pata, y me dije, Qué más, total y llevaba toda la mañana en la casa escribiendo unas notas que debía mandar al periódico. Me puse mis shorts, una franelita y unas cholitas (hace calor, y cómo no iba a hacer nada importante no necesitaba estar presentable) y resolví que iba a ir al cajero. En el ascensor me encontré a Ruben mi super (en español conserje) y le pregunté dónde encontraba por aquí un Chase Bank. Me dijo, Ahí mismo en la 181.
- ¿Pero no estamos nosotros en la 181?, le repregunté.
- No mi niña, esta es la 187.
Salimos juntos a la calle, y me señaló que debía hacer. Seguir recto, mas o menos cuatro cuadras, hasta un toldito morado de no sé que comercio, agarrar a la izquierda y caminar tres cuadras.
- Te lo vas a encontrar de frente.
Y así fue. En el camino me fijé en dos referencias para volver, una farmacia y una tienda que se llamaba Ralph. Entré al cajero, saqué dinero y comenzé a caminar vía hacia donde yo pensaba era mi casa. Apareció la farmacia en la que me había fijado, pero nunca ví la tienda Ralph, así que supe que estaba perdida. Perdida buscando mi casa.
- Disculpe señor, dije en español pues en Washington Heights casi todo el mundo es dominicano, ¿Por dónde me queda Overlook Terrace?
- Overloooook Terrace, me dijo con ese canto alargado que tienen los dominicanos. -Eso está por la 187, y estás en la 176.
¿Cómo llegué a la 176? No lo sé. No tengo ni la menor idea. El hombre me dijo que buscara Amsterdam y que de ahí agarrara a la izquierda o a la derecha. No me dijo que agarrara hacia ambas direcciones obviamente. El problema fue justamente que no me acordé hacia dónde me dijo que agarrara. Me dio risa, darme cuenta que no sabía llegar a mi propia casa, así que llamé a Luciana para que riéramos juntas.
- ¿Pero estás muy perdida, o sientes que vas en la dirección correcta?, me dijo.
- No sé Lu. Creo que estoy bien.
- Bueno llámame cuando llegues.
Seguí caminando, sin saber hacia dónde iba y vi una seña que decía St. Nicholas Avenue. Recordé las palabras de mi corredora, Nunca vayas hacia St. Nicholas, esa zona es muy fea. Genial, perdida y en una zona peligrosa. Pregunté tres o cuatro veces más hasta que llegué hasta la Yeshiva University, que está cerca de mi edificio, pero aún así no identificaba nada. Llamé a Rubén.
- Me perdí.
- ¿Qué, no llegaste al cajero?
- Si llegué, pero no supe cómo volver. Estoy en la 186 w.
- Ah no niña, estás del otro lado.
¿Del otro lado de qué? No sé. Nunca supe.
Comencé a llorar. Rubén dijo, Quédate ahí te voy a buscar. Luego llamó, No me puedo mover de aquí, toma un taxi. Me conseguí a un uniformado, que pensé sería policía, y le pregunté entre lagrimas, ¿Overlook Terrace hacia dónde queda?
- Eso queda por áquí mismo. Yo te voy a ayudar. ¿Vas a casa de una amiga? No pude mentirle.
- Estoy tratando de llegar a mi casa. Tengo tres semanas aquí, casi siempre le llego en metro.
Luis, así se llamaba el uniformado, y yo resovimos que lo mejor sería que tomara un taxi. Lo paró por mi y le preguntó antes si sabía llegar a Overlook. Llévala para su casa, le dijo.
Nada más montarme en el carro fue como abrir un grifo: lloré, lloré y lloré. Y el taxista se dió cuenta y rió, rió y rió, con cariño.
- Es normal, tienes poco tiempo aquí.
Llegó al edificio, me dijo que no parara de llorar, que me veía bellísima llorando, y que eran 6 dólares. Yo sólo tenía 20, el sólo tenía 8. Estaba desesperada.
- Qúedeselo.
- Pero es mucho.
- Quédeselo igual, mal no le caerá.
- Dios me la bendiga.
Me subí al ascensor y pensé en todas las veces (que yo recuerde) que me he perdido. De hecho, no es la primera vez que me pierdo para llegar a mi casa. En Caracas, recién llegada al otro 7-D me pasó. Nunca se lo dije a nadie. Me perdía de chica para ir al colegio, me perdía para ir a casa de mis abuelos. Me he perdido un centenar de veces cuando voy a hacer alguna entrevista y por eso siempre salgo con dos horas de anticipación. Me perdí regresando de la panamericana, y terminé casi en Maracay. Me perdí en El Silencio y terminé en el 23 de enero.
Llegué a mi apartamento, llamé a Lu y le dije que sí, ya había llegado, y no, no quería ir a su casa. Dos perdidas seguidas no iba a poder aguantarlas. Colgué y seguí pensando. Buena parte de mi vida la he pasado perdida. Recordé lo que me dijo la astróloga cinco días antes de venirme a Nueva York, La gente te ve como si estuvieses siempre perdida y hasta tú te sientes así, pero no lo estás. Esa sensación es culpa de tu sol inaspectado. Resulta que para el momento exacto que yo nací, ninguna constelación, orbita, planeta, o nada, cruzó mi sol. Y mi sol se quedó ahí solo, mientras un desbarajuste planetario sucedía alrededor, Por eso siempre andas como en el aire, me explicó.
Llamé a La Pata y le conté. Me respondió con una de sus acotaciones obvias pero necesarias.
- Eso no es nuevo para tí, y mira que bien te ha salido todo. Además ahora es que te falta por perderte (no supe si hablaba de Nueva York o de la vida en general). Así que aguanta.

7 comentarios:

La Azotacalles dijo...

¡QUÉ VAINA MÁS BUENA!
Recuerdo vívidamente una vez que me llamaste en llantos porque estabas perdida... creo que fue esa que relatas, que llegaste al 23 de Enero... la avenida Bolívar estaba cerrada y eso marcó la ruptura de tu esquema preestablecido para llegar al este. Llorabas y llorabas y yo te decía: ¡busca hacia El Ávila! (¿será que estabas perdida en La Pastora?) He querido llamarte, pero este texto ha sido equivalente a conversar contigo. Divino. Eso de que te veías bellísima llorando me pareció muy gracioso (no menos cierto).
:)

Pulgamamá dijo...

Jajajaja. Dazita querida, te extraño mi vida. Me alegro que te haya gustado, y te cuento, que no esa vez que te llamé esta perdida por la av bolivar, parque central que se yo, y llovia,y estab atodo trancado y yo no veía, y pa colmo había peleado con mi señor esposo. Desastre total!Que bella que te recuerdes de eso, y que hayas querido llamarme y que me leas. Te extraño tantoooooo.

Dani dijo...

Mi Carli... pobre!!! pero tu siempre encuentras gente que te ayude. Ya por lo menos sumas algunas nuevas calles conocidas.
Un beso grande,
Dani

Anonimo dijo...

Demasiado bueno tu escrito, y este anonimo cree que hay mucha gente perdida en esta vida, por lo menos tu consigues quien te ayude, llegue a tu blog por pura casualidad, fan numero uno de los escritos de alexis correia, vi tu comentario y decidir abrir tu blog, me encanta tu forma de escribir, mi mente me transfiere a los relatos que tu escribes y ojala mucha personas encuentren tu blog y sigue escribiendo cmo si fuera unica y exclusivamente para ti y creo que le gustara mas a los demas, con el mismo amor y con las mismas ganas, ya tienes un nuevo fans, saludos el anonimo

Pulgamamá dijo...

Anonimo no se cómo darte las gracias por este comentario, sobre todo en un día como hoy, que por razones que quien sabe si contaré o no en el blog, ha sido casi imposible. Y digo casi porque aquí estoy sentada. Me alegra mucho que te gusten mis escritos, y me emociona aún más tener un fan anónimo. Un admirador anónimo, como cuando uno estaba en el colegio y le mandaban flores sin nombre escrito. Jaja. Esto es aún mejor.
Gracias y saludos.

Anonimo dijo...

Espero que tu dias mejoren y creeelo te seguire leyendo, y tranquila a todos esos dias terribles nos pasa, saludos el anonimo, por cierto desde caracas

Windy Janina dijo...

Extranjera,
No sabes lo aliviante que es leer el relato de alguien que tiene el sol inaspectado como yo, ya no me siento la unica. Mentalmente se que no soy la unica, pero lo compruebo aun mas leyendo tu experiencia, gracias por compartirla. Pero sabes? Nose si crees en la reencarnacion, la astrologia karmica te puede explicar mas de tus aspectos desde esa mirada, pero se me vino un pensamiento a la cabeza que consiste en que alomejor en otras vidas fuimos personas con metas y objetivos claros. En la busqueda la concrecion de esas metas, no fuimos lo suficientemente humildes como para escuchar el consejo o considerar la palabra de un otro, provocando negativas consecuencias. Entonces en esta vida al sentir esta molesta sensacion, estamos obligadas a preguntar, a escuchar y creo que lo que nos que frente a eso es aceptar, confiar y entregarse a la vida como un ciego, que pide ayuda muchas veces para avanzar, ya que todo finalmente saldra bien :)